Después de la “venta con pérdidas”, aquí está la de “precio de coste”. Invitado este domingo por la noche en TF1 y France 2, el Presidente de la República pidió nuevos esfuerzos para moderar los precios del combustible, que actualmente se acercan a los dos euros por litro. Si la posibilidad de vender diésel o gasolina con pérdidas sigue siendo una “amenaza”, el Jefe de Estado llamó a quienes puedan a vender “al coste”. Pero ¿cuál es la diferencia entre estos dos conceptos?
Por un lado, vender con pérdidas es un proceso destinado a revender un producto “a un precio inferior a su precio de compra real”. Esta técnica destinada a atraer clientes y aplastar a la competencia es ilegal, hasta el punto de desequilibrar el mercado: “El hecho, para cualquier comerciante, de revender o anunciar la reventa de un producto tal cual a un precio inferior a su precio de compra real es castigado con una multa de 75.000 euros”, establece el artículo L442-5 del Código de Comercio. Sólo se permiten unas pocas excepciones, incluidas las ventas o «productos perecederos con riesgo de deterioro rápido».
A mediados de septiembre, Élisabeth Borne anunció que quería añadir los combustibles a esta lista de excepciones, con carácter temporal y “excepcional”. Suficiente para permitir “a los distribuidores bajar aún más los precios”, argumentó el jefe de la mayoría. Desde entonces, esta vía ha sido descartada, tras las protestas de los distintos actores del sector.
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Por otro lado, una venta a precio de coste consiste en ofrecer un producto sin realizar margen sobre el mismo. En otras palabras, se venderá un plátano sin ganar dinero. En este caso, el distribuidor espera atraer a su cliente con esta buena oferta, ganar volumen y hacerle comprar otros productos al mismo tiempo. Esta medida está autorizada. Los grandes minoristas también lo utilizan regularmente, de forma ad hoc y medida. Intermarché, por ejemplo, anunció una operación dos días al mes hasta finales de año.
Los actores luego asumen una pérdida, con la esperanza de regresar: “Está escrito en todas partes que el combustible es un líder en pérdidas. Pero para muchos, en Leclerc como en Intermarché, el combustible representa entre el 20 y el 25% del volumen de negocios”, señaló Michel-Édouard Leclerc este domingo en JDD. Para el consumidor, la ganancia sigue siendo mínima, ya que el margen obtenido sobre el combustible es reducido, del orden de uno a tres céntimos por litro, según la estación. Esta medida también la llevan a cabo la mayoría de las veces los grandes minoristas, no las redes o los independientes, que no pueden absorber financieramente esta pérdida. “Decir que todos deben vender a precio de coste no es porque no se les haya explicado que no es posible”, se enoja Francis Pousse, que representa a 5.800 emisoras francesas, sin incluir la gran distribución.