La escuela Steiner-Waldorf Mathias Grünewald de Wintzenheim, en Alsacia, está más convulsionada que nunca. Según un informe de inspección que Le Figaro pudo consultar junto con BFMTV, el establecimiento privado fuera de contrato que acoge a 400 niños de 3 a 18 años está acusado por el rectorado de Estrasburgo de numerosas deficiencias. La inspección, que tuvo lugar el 12 de octubre de 2023 y que movilizó a una decena de agentes, constató en particular un importante “incumplimiento del régimen de autorización previa de enseñanza”.
El documento confidencial enviado al establecimiento identifica así a catorce profesores que ejercen sin autorización docente. “El señor (…) imparte educación musical en 1er grado sin autorización”; “Señora (…) da clases de matemáticas en secundaria mientras se le envió aviso desfavorable de fecha 25 de febrero de 2021”; “Madame (…) enseña todos los campos disciplinarios en 6º grado, mientras que sólo está autorizada a enseñar ciencias de la vida terrestre en 6º y 5º grado”, se lee en particular. Por ello, en el resto de la carta, el rector exige “cesar inmediatamente todas las actividades docentes no autorizadas, ya que estas personas no reúnen las condiciones necesarias para enseñar”.
Entre los nombres citados, el de una profesora que supuestamente encendió un fuego en su salón de clases, en mayo de 2023, para exponer “voluntariamente” al humo a sus alumnos, quienes tuvieron que inhalarlo. Al menos dos denuncias por “poner en peligro la vida de otras personas” fueron presentadas por una madre, quien dijo a nuestros compañeros que “los niños tosían y escupían. Fue difícil para ellos pero tuvieron que mantenerse de pie”.
Otro incumplimiento: un registro de estudiantes “desactualizado”. Sin embargo, debe estar actualizado y presentarse a los inspectores cuando vengan. “En cualquier caso, el hecho de no conservar o no presentar a los inspectores la lista de personal y estudiantes durante su inspección constituye una negativa a someterse a la vigilancia del Estado, penada por (el) código de educación”, recuerda el rector.
Finalmente, el “equipo de inspección cuestiona la eficacia de la personalización de las rutas”, podemos leer. Durante su visita, los inspectores observaron, durante una lección de CP, que «sólo se habían dibujado cuatro letras con lápiz graso», y durante una lección de CM2, sólo se habían realizado «dos problemas de cálculo y dos multiplicaciones planteadas». Ejercicios demasiado débiles para el rectorado.
Interrogado por BFM Alsace, el presidente de la asociación École Mathias Grünewald, Antoine Defèche, se justificó: “En nuestro modelo educativo, los profesores deben seguir al mismo grupo de estudiantes durante varios años y enseñarles diferentes materias (…) Para ello, evidentemente cuentan con la formación y el apoyo de especialistas en la materia. Hasta ahora -desde hace 40 años- este modelo no había planteado ningún cuestionamiento a las autoridades académicas, siempre y cuando el docente tuviera autorización para enseñar en la educación secundaria (…). Sin embargo, estas posibilidades parecen haber cambiado y están en proceso de redefinirse.
No es la primera vez que la escuela Steiner-Waldorf de Wintzenheim es objeto de ataques. También fue interpuesta en su contra una denuncia por negligencia en agosto de 2023, tras la presunta violación de una niña de cuatro años dentro del establecimiento. La pequeña habría sido víctima de la acción de otros niños, quienes, en dos ocasiones, le insertaron un palo en sus genitales.
Controvertidas, las escuelas Steiner-Waldorf son una parte integral de la doctrina antroposófica, defendida por el ocultista austriaco Rudolf Steiner desde principios del siglo XIX. Autor de una veintena de obras con un fuerte acento esotérico en el ámbito filosófico, agrícola o del bienestar, este polifacético arquitecto, agrónomo e incluso político quiso “conducir lo espiritual que hay en el ser humano hacia el espiritual que hay en el universo. En la escuela Steiner también tenía sus ideas. Pensaba que el crecimiento de un niño se basaba en lo sobrenatural. Que sus impulsos, emociones o sentimientos se construyen sobre fuerzas “astrales”. Defendió así una pedagogía centrada en el individuo, en estricta oposición a la escuela republicana: sin calificaciones durante los primeros años, aprendizaje de trabajos manuales (dibujo, costura, etc.), rituales cercanos a la naturaleza. Si el modelo se ha extendido a Europa occidental y septentrional, en Francia tiene dificultades para imprimirse, con sólo una veintena de establecimientos.
Sin embargo, Alsacia sigue siendo un terreno fértil para las escuelas llamadas “alternativas” y para toda la ideología de Rudolf Steiner en general. Así lo demuestra, por ejemplo, el pueblo de Ungersheim, situado a unos treinta kilómetros al norte de Wintzenheim, donde ecoaldeas, asociaciones e incluso farmacias están fuertemente imbuidas de esta particular filosofía. Lo cual, sin embargo, está en el punto de mira de la Misión Interministerial de Vigilancia y Lucha contra los Abusos Sectarios (Miviludes). En su informe de 2021, dedicó dos páginas a las escuelas Steiner. Transmitiendo así el testimonio de Grégoire Perra, ex miembro de la Sociedad Antroposófica de Francia durante casi 15 años. Según él, estos establecimientos se presentan “bajo el rostro de una pedagogía modernizada, innovadora, progresista, alternativa, emancipadora, que educa para la libertad”. Pero son “en realidad una pedagogía adoctrinadora y retrógrada, totalmente congelada desde hace 100 años, que rechaza deliberadamente el objetivo emancipador de la Ilustración, que quisiera permitir a los individuos convertirse en sujetos libres y responsables de sí mismos mediante el uso de su razón”.
“Los testimonios de Grégoire Perra sobre las escuelas Steiner-Waldorf revelan los riesgos de la pedagogía y del comportamiento adoptado por las personas autorizadas dentro de estas instituciones”, escribió Miviludes. Y para transmitir el testimonio de un profesor de una escuela Steiner, quien habría mencionado que “allí había que enseñar la historia según su visión, es decir, a través de mitos”. La misión también había expresado temores hacia el personal de supervisión que podría querer «mantener a los niños alejados de sus padres para poder controlarlos mejor».
Si no se ha constatado ninguna desviación sectaria en la institución de Wintzenheim, la cualificación de algunos profesores queda directamente en entredicho. Un punto que la Miviludes denuncia en su informe: “Cuando sus hijos están matriculados en una estructura alternativa, deben estar atentos cuando la educación recibida (…) les parezca insuficiente, inadecuada y/o por detrás del estándar nacional”.