Sin duda, la escena recordará a algunos de los momentos épicos de El señor de los anillos de Peter Jackson. Pero en lugar de anunciar la llegada de las tropas de Sauron o el regreso del rey, lo que será saludado es el regreso de la llama olímpica. Varias torres de vigilancia medievales del Rosellón se iluminarán la tarde del 7 de mayo para anunciar la aproximación de Belem a la costa francesa. El barco que transportará la llama olímpica de Grecia a Marsella llegará a Marsella al día siguiente.
Pero para la ocasión, una quincena de torres de señales medievales situadas en los Pirineos Orientales, a unos cientos de kilómetros al oeste, saludarán el acontecimiento con potentes focos. Este espectáculo será visible para todos los vecinos del departamento fronterizo con España, especifica el organizador del evento, la empresa de suministro de electricidad verde Llum.
Construidas entre los siglos XII y XIV, las torres de señales eran elementos defensivos destinados a alertar y transmitir información de un lugar a otro, de día y de noche.
La llama olímpica llegará a Marsella el 8 de mayo, tras un viaje de más de diez días desde Atenas a bordo del Belem de tres mástiles (58 metros), construido en Nantes en 1896, año de los primeros Juegos Olímpicos modernos.