Sol y 20º todo el año, playas de arena fina y rocas volcánicas, tranquilas vacaciones o excursiones por un bosque tropical… Todo a sólo 4 horas de vuelo desde París, en una zona donde se paga en euros, se conduce en carreteras bien mantenidas. carreteras y recibe tratamiento en hospitales europeos. Canarias es, según la definición de sus profesionales, el destino exótico más cercano al viejo continente, y el único a esta distancia perteneciente a un Estado miembro de la UE, España.

Estas son algunas de las ventajas que explican por qué el archipiélago bate récords de asistencia casi todos los años. El pasado mes de enero, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística (INE), Canarias recibió 1,32 millones de visitantes extranjeros, un 9,2% más que en 2023 y el mejor enero de su historia. Y los hoteleros esperan que el resto del año sea igual de bueno y vuelva a los buenos tiempos anteriores al Covid. “Creemos que lo haremos mejor que en 2019 y 2018”, calcula José María Mañaricua, presidente de la patronal de hoteleros de la isla de Gran Canaria FEHT. Probablemente un poco menos que en 2017, cuando la Primavera Árabe desvió a algunos viajeros hacia nuestro archipiélago.

Un optimismo alimentado por la ubicación privilegiada de las islas españolas. “Somos los únicos en Europa que ofrecemos un clima agradable en pleno invierno”, afirma Mañaricua, que también es directora de operaciones del grupo Gloria Thalasso.

El archipiélago, incluso después del Brexit, sigue cautivando a los británicos, que representan casi el 40% de los visitantes extranjeros. “Sus vacaciones son sagradas, a pesar del Brexit y la inflación”, afirma Juan Pablo González, gerente de AsHotel, la asociación de hoteleros del departamento de Tenerife, que incluye las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. De hecho, es una tendencia que observamos entre todos nuestros visitantes: prioridad para las vacaciones, aunque tengamos que esperar un año más para cambiar el coche o el lavavajillas”. Además, la inflación podría influir en Canarias. “Con el aumento del precio de los combustibles, hace la diferencia tomar un recorrido mediano que uno largo”, razona Mañaricua. Por otro lado, estamos viendo un acortamiento de las estancias”.

Los franceses están bastante por detrás de los británicos, los alemanes y los escandinavos. “Probablemente porque estás acostumbrado a ir a tu propio extranjero. Pero algunos franceses descubrieron Canarias con la pandemia, el territorio les parecía más abierto y seguro que otros. Depende de nosotros retenerlos”.

Queda el precio del éxito: ¿hasta cuándo podrán las islas dar cabida a nuevos turistas, cuando otros destinos empiecen a saturarse? “Repartimos las visitas en 12 meses que otros reciben en cuatro”, añade Mañaricua. González, por su parte, reconoce que “tendremos que abandonar la carrera por el récord de visitante. Por definición, en una isla no se puede alojar a más y más personas. Tradicionalmente en Tenerife los turistas se alojaban en hoteles del sur y la población local vivía en las localidades más grandes. Pero el reciente auge de los alquileres turísticos puede provocar tensiones. Esto se podría solucionar con viviendas sociales o promociones inmobiliarias, pero hace años que nadie construye algo”.