Le Figaro Burdeos

No una, ni dos, ni tres, sino 2.340 cartas fueron enviadas a otros tantos municipios el 29 de febrero por el “grupo Saint-Médard d’Eyrans”, un colectivo formado por diputados, senadores y electos locales opuestos al Gran Sur. Proyecto Ferrocarril Oeste (GPSO). Esta carta pide a los cargos electos de estos 2.340 municipios que se unan al movimiento de oposición contra este gran proyecto de 14.300 millones de euros, que prevé conectar Toulouse y Burdeos mediante una línea de alta velocidad, y luego Burdeos y España.

Según el grupo Saint-Médard d’Eyrans -que incluye a los diputados Sophie Mette (MoDem), Loïc Prud’homme (La France Insoumise), Nicolas Thierry (Europe Écologie Les Verts) y los senadores Hervé Gillé (Partido Socialista), Monique de Marco (EELV), Florence Lassarade (Les Républicains), Nathalie Delattre (Partido Radical) y Laurence Harribey (PS) – el impuesto sobre equipamientos especiales (TSE) al que están sujetos estos 2.340 municipios sería en realidad una “injusticia” para sus habitantes de los municipios afectados, porque se trataría de un “impuesto TGV por un tren que no utilizarán”.

Estos 2.340 municipios están situados a menos de 60 minutos en coche de una futura estación atendida por el LGV y, por tanto, estarán sujetos al TSE durante 40 años, recalculados cada año en función de la inflación. En su carta, los electos explican que comprenden “el interés en desarrollar infraestructuras de transporte modernas y eficientes para nuestras regiones”, pero afirman que “una gran parte de los municipios sujetos al TSE no se beneficiarán directamente de las nuevas líneas, que plantea cuestiones de equidad. Según ellos, «a los municipios rurales del suroeste» se les impone «una carga financiera adicional para financiar las infraestructuras de transporte», que atenderán principalmente a los habitantes de las dos grandes metrópolis.

Recordando el impacto irreversible de este proyecto en los espacios naturales y agrícolas, «sin ningún beneficio tangible», los funcionarios electos consideran que «la utilidad misma del proyecto plantea interrogantes». Según ellos, las conexiones ferroviarias existentes entre Burdeos, Toulouse y Dax “todavía están infrautilizadas” y “hasta la fecha no se ha estudiado seriamente ningún proyecto de renovación destinado a aumentar su capacidad”. Insisten en que “por otra parte, muchas líneas que son realmente útiles para nuestros conciudadanos y para la vida de nuestros territorios no se mantienen y están siendo progresivamente abandonadas en favor del transporte por carretera”.