Un millón de visitantes. Este es el hito que acaba de superar la réplica de la cueva Cosquer de Marsella, mientras que este 22 de septiembre se celebrará la sexta edición del Mediterráneo del Futuro, dedicada al agua. Creada por la empresa Kléber Rossillon, la reproducción inaugurada hace quince meses parece haber encontrado su lugar en el panorama cultural marsellés. Rindiendo homenaje a la “joya de la humanidad” que dio origen a este duplicado, Renaud Muselier, presidente de la región Provenza Alpes-Costa Azul, saludó: “Es un inmenso orgullo ver este trabajo conjunto con el Estado, el Sur Region y Kléber Rossillon, reconocidos de esta manera. Todavía nos quedan buenos años por delante”.
Y el éxito de la réplica de la cueva de Cosquer llega a un público variado: si el 63% de los visitantes proceden de la región (el 50% de los cuales son marselleses), el 25% proceden de los cuatro rincones de Francia. El 12% son viajeros procedentes del extranjero. Geneviève Rossillon, presidenta de la empresa Kléber Rossillon, por su parte, saluda un “lugar vivo y popular de patrimonio, ciencia en acción y encuentros”. Y se entusiasma: “Qué alegría haber logrado unir a los marselleses en torno a este proyecto necesario, debido a la acción inevitable de las aguas crecientes sobre las paredes decoradas, de 30.000 años de antigüedad. Un rescate ante todo, hoy visible para todos. »
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Como recordatorio, la construcción de esta réplica partió de una observación: el original está condenado a desaparecer con el aumento del nivel del agua y el cambio climático. Este nuevo récord es, por tanto, oportuno, con la celebración del Mediterráneo del futuro. Titulado «Cada gota cuenta». El agua es vida”, busca implementar una estrategia macrorregional para abordar los desafíos vinculados a la preservación y gestión de los recursos hídricos. Se sucederán varias mesas redondas. La iniciativa, apoyada por el Parlamento Europeo y el Comité de las Regiones de la Unión Europea, ha sido renovada por cinco años más.
¿Qué pasa con el original? Fue descubierto por el buceador Henri Cosquer, cuyas primeras incursiones en la cueva se remontan a 1985. En 1991, su descubrimiento fue revelado al público. En 1992, la cueva de Cosquer fue catalogada como Monumento Histórico.
Con el aumento del nivel del agua amenazando el arte rupestre encontrado allí, en 1994 se planteó el deseo de construir una réplica. No fue hasta 2018 que el proyecto fue validado. Fue Kléber Rossillon, ya en el origen de la réplica de la cueva de Chauvet en Ardèche, quien ganó la licitación lanzada posteriormente en 2019.