Mínimos sociales, subsidios, impuestos progresivos: los mecanismos de redistribución benefician más de lo que cuestan a casi el 60% de los franceses, según un estudio publicado el martes por el INSEE. La redistribución llega incluso a “más del 95% de las personas entre el 15% más pobre (de los franceses)” y, a la inversa, sólo “al 13% entre el 5% más rico”.

Los distintos instrumentos de la política social permiten así dividir por seis las desigualdades de ingresos entre el 10% de los hogares más ricos y el 13% de los hogares más pobres. Antes de la redistribución, los primeros recibieron cerca de 130.000 euros de ingresos anuales en 2019, aproximadamente 18 veces más que los 6.980 euros que recibieron los segundos.

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Pero si se tienen en cuenta todos los impuestos y beneficios, los más ricos sólo reciben tres veces (78.480 euros) lo que reciben los más pobres (25.330 euros), principalmente debido a los impuestos significativamente más altos que pagan los hogares ricos.

Así, el ingreso de los ejecutivos, trabajadores por cuenta propia y líderes empresariales, que en promedio es 2,7 veces mayor que el de los trabajadores antes de las transferencias sociales, cae a sólo 1,7 después de las transferencias. Los mayores de 60 años se encuentran entre los principales beneficiarios de los mecanismos de redistribución, en particular porque reciben pensiones de jubilación y se benefician proporcionalmente de más prestaciones sanitarias que los franceses más jóvenes. El INSEE también señala que la redistribución ayuda a reducir las diferencias de ingresos entre las parejas y las mujeres que viven solas, tengan o no un hijo.