Desde que se prohibieron las pajitas de plástico en Francia en julio de 2021, los cócteles y las limonadas se suelen beber con pajitas alternativas, como las de papel, que son biodegradables y fácilmente reciclables. Pero un estudio belga publicado en la revista Food Additives and Contaminants el 24 de agosto reveló que las pajitas de papel estaban compuestas de sustancias químicas que son malas para la salud y el planeta. Concluyó: «Estas pajitas vegetales ‘ecológicas’ no son necesariamente una alternativa más sostenible que las pajitas de plástico».
¿Las pajitas de papel serían tan dañinas para el medio ambiente y la salud como las pajitas de plástico? Estas conclusiones fueron ampliamente difundidas en la prensa. Sin embargo, varios investigadores piden moderación. El estudio menciona claramente la presencia en las pajitas de PFAS, contaminantes eternos potencialmente peligrosos. Pero “¿el impacto ambiental o de salud de las pajitas de papel es mayor que el de las pajitas de plástico? No tenemos la respuesta. El artículo no nos permite decirlo”, objetó a Le Figaro Pierre Labadie, investigador del CNRS/Medio Ambiente. “El estudio simplemente constata un hecho: hay PFAS en pajitas de papel”, añade Vivien Lecomte, ingeniera del laboratorio de ecotoxicología del INRAE.
Lea también: La contaminación del aire, la amenaza mundial número uno para la salud humana, según estudio
Los PFAS son sustancias químicas muy utilizadas que se encuentran en cosméticos, productos fitosanitarios, ropa de exterior, sartenes antiadherentes e incluso papel higiénico. “La presencia de PFAS en pajitas de papel no es realmente una sorpresa; Los PFAS están en todas partes”, explica Pierre Labadie, especialista en el tema. “Finalmente, ¿qué representa esta exposición en relación con nuestra exposición general a las PFAS? No hay respuesta porque no es el tema de estudio.
Para hacer que las pajitas de papel sean repelentes al agua (impermeables), se añaden PFAS durante la fabricación, pero es posible que también estén presentes en las primeras etapas de la cadena de suministro debido al uso de materias primas contaminadas, señalan los químicos que iniciaron el estudio. Por lo tanto, el origen de las PFAS en las pajitas es incierto y la naturaleza intencional de su presencia no está clara, lo que plantea una nueva pregunta.
Según Pierre Labadie y Vivien Lecomte, el estudio resulta parcial e incompleto. De hecho, los químicos analizaron para su estudio 39 pajitas de diferentes marcas, supermercados y restaurantes: 20 pajitas de papel, cinco de vidrio, cinco de bambú, cinco de acero inoxidable y cuatro de plástico. “Analizaron 20 tipos de pajitas de papel y sólo 4 modelos de pajitas de plástico. Es un poco difícil comparar”, comenta Vivien Lecomte.
Además, debajo del estudio, un gráfico presenta las pajitas y sus componentes; “Lo que llama la atención es que varía mucho según el modelo: incluso dentro de las pajitas de papel, hay algunas que no detectan PFAS y otras que tienen concentraciones bastante altas”. L’ingénieur en écotoxicologie ajoute que des pailles en papier ont effectivement des concentrations de PFAS beaucoup plus élevées que d’autres types de paille, mais «qu’il y a aussi des pailles en papier où il y en a moins que dans certaines pailles de plástico».
“Se trata de un estudio realizado por químicos que no pretende en absoluto evaluar un riesgo para la salud o el medio ambiente”, insiste Vivien Lecomte. Para evaluar el riesgo para la salud, habría sido necesario realizar más investigaciones y preguntarse hasta qué punto los PFAS contenidos en estas pajitas pueden migrar a las bebidas que consumiremos. “De la misma manera, si quisiéramos evaluar el riesgo ambiental, habríamos tenido que analizar las condiciones de degradación de estas pajitas en el medio ambiente”.
El anuncio de la presencia de PFAS en pajitas de papel hizo ruido, quizás demasiado: “Este estudio destaca el peligro pero el peligro no es el riesgo. Se debe realizar una evaluación de riesgos y comparar el peligro y la exposición. Esta investigación es un paso preliminar que tiene el mérito de existir”, concluye Pierre Labadie.
Leer tambiénContaminación plástica de los océanos menos en cantidad pero más sostenible, según un estudio
Si bien estos eternos contaminantes se han encontrado en pequeñas cantidades en pajitas de papel y ya están presentes en todas partes de nuestra vida cotidiana, pueden sin embargo “considerarse como una fuente adicional de exposición a las PFAS en humanos y en el medio ambiente”, afirman los autores belgas. Pierre Labadie reconoce que “su simple presencia debería animarnos a buscar alternativas y limitar nuestra exposición”.
Después del análisis, los autores informaron que ninguna de las pajitas hechas de metal contenía PFAS. En última instancia, ¿no sería la mejor solución para la salud y el medio ambiente prescindir de la paja?