El principal paso fronterizo entre Pakistán y Afganistán reabrió sus puertas la mañana del viernes 15 de septiembre, permitiendo el paso de vehículos y peatones, indicó a la AFP un alto funcionario paquistaní, más de una semana después de su cierre tras un intercambio de disparos entre guardias fronterizos. Desde el 6 de septiembre, cuando las fuerzas afganas y paquistaníes intercambiaron disparos en el puesto fronterizo de Torkham, situado a medio camino entre Islamabad y Kabul, por la rehabilitación de un puesto avanzado afgano, los dos países se encontraban en un impasse diplomático.
«El paso de camiones está en marcha y los ciudadanos afganos están regresando a Afganistán después de haber sido autorizados y haber completado los procedimientos de inmigración», dijo a la AFP Irshad Khan Mohmamd, comisario adjunto del distrito de Khyber en Pakistán.
Un equipo de la AFP en el lado afgano de la frontera afirmó que una gran multitud esperaba para cruzar a Pakistán, pero las puertas permanecían cerradas.
Torkham, situada a 180 kilómetros de cada capital, es un punto de cruce clave para el comercio entre los dos países, donde Afganistán exporta carbón a Pakistán, que a cambio entrega alimentos y productos diversos. Los comerciantes de ambos lados se han quejado de la pérdida de toneladas de productos perecederos debido al cierre de la frontera, mientras que los viajeros afganos han perdido importantes citas médicas o vuelos desde Pakistán.
El lado paquistaní de la frontera había estado paralizado durante días, con mercados y oficinas cerrados y multitudes de viajeros buscando refugio en mezquitas cercanas.
Las autoridades dijeron que más de 1.300 vehículos, incluidos camiones y remolques, estaban en el lado paquistaní esperando para cruzar.
Del lado afgano, funcionarios y residentes organizaron una pequeña manifestación a principios de esta semana para exigir la reapertura de la frontera.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán dijo el lunes que «los disparos no provocados por parte de las fuerzas de seguridad fronterizas afganas invariablemente envalentonan a los elementos terroristas». «Pakistán ha seguido ejerciendo moderación y favoreciendo el diálogo frente a las provocaciones persistentes e injustificadas de las tropas afganas desplegadas a lo largo de la frontera entre Pakistán y Afganistán», afirmó el portavoz Mumtaz Zahra Baloch.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno talibán dijo durante el fin de semana que el presunto ataque de Pakistán a sus guardias fronterizos era «contrario a las (relaciones) de buena vecindad».
«El cierre de la puerta no puede justificarse bajo ninguna circunstancia», decía un comunicado. El incidente fronterizo, fuente de disputa entre los dos países, con Islamabad quejándose frecuentemente de que Kabul no ha logrado asegurar su frontera -trazada durante la era colonial y cuestionada por todos los gobiernos afganos- ha aumentado las tensiones entre los dos vecinos. Sus relaciones se han deteriorado desde que los talibanes regresaron al poder en Afganistán en agosto de 2021.
Islamabad acusa a Kabul, en particular, de permitir operar desde territorio afgano a los talibanes paquistaníes del grupo Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), que ha intensificado los ataques en suelo paquistaní en los últimos meses. Las autoridades afganas han negado estas acusaciones.