El martes 12 de septiembre, dos diputados de la mayoría presidencial presentaron un proyecto de ley que podría aplicar con mayor firmeza penas de prisión contra los autores de comentarios considerados racistas o antisemitas.
El proyecto, apoyado por Caroline Yadan, diputada por el distrito 3 de París y Mathieu Lefèvre, diputado por el distrito 5 de Val-de-Marne, ofrecería a los tribunales la posibilidad de dictar una orden de detención en caso de delitos graves de carácter carácter racista o antisemita. “En nuestra República hay que combatir todo odio y localizar toda discriminación”, afirmó la diputada Caroline Yadan en la red social X (antes Twitter).
Esta propuesta se inscribe en un amplio plan gubernamental contra el racismo, el antisemitismo y la discriminación, cuyos principales ejes fueron anunciados por Élisabeth Borne el pasado enero. Se trata, entre otras cosas, de casos de delitos comprendidos en el derecho de prensa, es decir, “condenas de carácter racista o antisemita”, “impugnaciones de crímenes contra la humanidad” y “apología de «crimen contra la humanidad o crimen de guerra». todo definido por la ley del 29 de julio de 1881.
“Nos dimos cuenta de que había un vacío legal en el que caían muchos autores de graves delitos racistas y antisemitas”, explica Caroline Yadan. «Hoy en día, basta con estar fuera del alcance para escapar a la condena, porque esta ley de 1881 no prevé la posibilidad de combinar penas de detención graves (un año mínimo) con una orden de detención», continúa el diputado por París.
Es el caso del ensayista de extrema derecha Alain Soral, condenado el 15 de abril de 2019 por el tribunal penal de París a un año de prisión, por impugnar un crimen contra la humanidad. Debido a su ausencia en el juicio, el tribunal acompañó su decisión con una orden de arresto.
Condenado en múltiples ocasiones por actos similares, esta decisión debería haber enviado definitivamente a Alain Bonnet, su verdadero nombre, tras las rejas. Sin embargo, la fiscalía apeló la decisión al considerar que esta orden de detención no tenía base legal. De hecho, según la legislación francesa, la emisión de una orden de detención sólo puede emitirse si se trata de un delito de derecho común o militar. Sin embargo, Alain Soral fue condenado por un delito de prensa, sobre la base del artículo 24 bis de la ley de 1881 sobre libertad de prensa. Por tanto, escapó de una pena de prisión.
Caroline Yadan también señala los casos del activista de extrema derecha Hervé Ryssen, del negacionista Vincent Reynouard e incluso del neonazi Boris Le Lay, que actúa desde Japón.
Hasta la fecha, el insulto no público de carácter racista, sexista u homófobo constituye una infracción de quinta clase que expone a su autor a una pena máxima de 1.500 euros de multa. Por el contrario, el mismo insulto cuando es público se convierte en delito castigado con un año de prisión y una multa de 45.000 euros.
«Existe una diferencia real en el tratamiento jurídico entre el insulto público y el insulto no público, aunque cuando recibimos mensajes de carácter antisemita o racista, siguen siendo extremadamente graves», subraya Caroline Yadan. El insulto se castiga con una “simple infracción”, “pero el daño causado a la víctima también es importante”, añade. Por esta razón, con Mathieu Lefèvre, el parlamentario propone “transformar en delito el insulto no público de carácter discriminatorio y prever una circunstancia agravante en caso de delitos racistas o antisemitas no públicos cometidos por personas que posean autoridad pública».
Si esta ley entrara en vigor, el autor de la carta antisemita de la que fue víctima recientemente el Presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun Pivet, se enfrentaría a «una pena mucho mayor», a pesar de «el carácter no público de la este ataque», concluye Caroline Yadan.