Este es uno de los temas candentes del nuevo año escolar. Gérald Darmanin viajará a Córcega los días 13 y 14 de septiembre, donde participará en la Asamblea General de alcaldes de la isla, supo el martes su séquito, confirmando la información de Corse-Matin. El ministerio del Interior aclaró que esta visita tenía como objetivo «intercambiar con el presidente del ejecutivo Gilles Simeoni y reunirse con los alcaldes de la isla».

Leer tambiénLos separatistas corsos vuelven a presionar

Este viaje también tendrá como objetivo intentar acercar las posiciones de los isleños electos, entre los partidarios de la autonomía y los que abogan por una adaptación de las leyes a las especificidades corsas. A principios de julio, la Asamblea de Córcega no logró ponerse de acuerdo sobre un proyecto de autonomía. Al final de dos días de sesión extraordinaria, los isleños electos habían transmitido al gobierno y al presidente Emmanuel Macron dos proyectos, uno de los nacionalistas casi unidos y otro de la oposición de derecha.

A finales de febrero, durante la reanudación de las discusiones sobre el futuro institucional de la isla, interrumpidas desde hacía seis meses, Emmanuel Macron había repetido que estaba dispuesto a incluir posibles novedades en su proyecto de reforma constitucional, a expensas de los cargos electos corsos. y el Ministerio del Interior para presentarle «una propuesta (…) antes del 14 de julio». También recordó sus líneas rojas: mantener Córcega en la República y negarse a crear dos categorías de ciudadanos.

Por su parte, los nacionalistas exigen el “reconocimiento jurídico del pueblo corso”, “un estatus de cooficialidad de la lengua corsa” y el reconocimiento del “vínculo entre el pueblo corso y su tierra” a través de un “estatus de residente” . Estos últimos quieren que el acuerdo político alcanzado se someta a referéndum en Córcega y se presente en forma de «título en la Constitución que consagre la autonomía».

Una posición que retoma en gran medida el informe de Gilles Simeoni, en el que éste expuso su visión de la autonomía de Córcega, es decir, la del poder legislativo en todos los ámbitos de la Asamblea de Córcega, excepto los relativos a los dominios soberanos. El segundo texto, de la oposición de derecha, pide un simple “poder para adaptar” las leyes francesas a las especificidades corsas, sin una gestión autónoma de la educación y la salud y sin transferencia de impuestos.