Su nombre circulaba desde hacía varios días. La tarde del domingo 3 de septiembre, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, anunció su intención de nombrar a Roustem Oumerov nuevo ministro de Defensa, tras la dimisión de Oleksiy Reznikov por sospecha de corrupción. Si el parlamento ucraniano valida esta elección, este hombre de 41 años encabezará un ministerio altamente estratégico, especialmente en tiempos de guerra.

Esta propuesta no es baladí. El nombramiento de un tártaro de Crimea para este puesto, en un momento en que Ucrania muestra cada vez más claramente su ambición de recuperar la península anexada, envía una señal eminentemente simbólica. Sin embargo, Roustem Oumerov no nació en Crimea, sino en Uzbekistán. Su pueblo fue deportado a Asia Central por Stalin en 1944. Sin embargo, pudo establecerse allí nuevamente con la caída de la URSS y Oumerov creció en la península.

Posteriormente el hombre mantuvo vínculos muy estrechos con la tierra de sus antepasados. Elegido diputado de la Rada en 2019 como parte del partido opositor Holos, fue copresidente de la Plataforma de Crimea, lanzada por Zelensky, que coordina los esfuerzos diplomáticos internacionales para revertir la anexión de la península por parte de Rusia en 2014. Los tártaros, que constituyen 12 -15% de la población de Crimea- boicotearon en gran medida el referéndum. Durante años, Umerov también fue asesor del líder histórico de los tártaros de Crimea, Mustafa Dzhemilev.

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Roustem Oumerov, graduado de la Academia Nacional de Gestión de Kiev, comenzó su carrera en la industria de las telecomunicaciones en 2004, antes de crear y gestionar un fondo de inversión de 2013 a 2019. Su carrera política comenzó con su elección a la Rada en 2019 y continuó con su nombramiento en septiembre de 2022 como titular del Fondo de Bienes del Estado. Un puesto crucial, en un país donde el proceso de privatización está plagado de corrupción.

En este cargo, dirigió la mayor operación de privatización en la historia de Ucrania. Bajo su gobierno, el Fondo ha gestionado la venta y reestructuración de más de 3.600 empresas estatales, desde minas de hierro hasta puertos marítimos y otras fábricas, señala una nota reciente del grupo de expertos Eastern Circles. El gran número de auditorías internas y privatizaciones que llevó a cabo Oumerov le valieron críticas virulentas por parte de oligarcas y políticos que perdieron mucho dinero. Por lo tanto, su nombramiento al frente de un ministerio sospechoso de estar plagado de corrupción no es fruto del azar.

Sin embargo, la carrera de Roustem Oumerov no indica ninguna experiencia militar real. Pero desde la invasión de Ucrania por Rusia, ha demostrado estar muy interesado en resolver el conflicto. Los tártaros han participado repetidamente en conversaciones discretas con Moscú, incluso sobre intercambios de prisioneros y evacuaciones de civiles. Según Eastern Circles, ha negociado así la liberación de más de 2.000 prisioneros de guerra ucranianos desde el 24 de febrero de 2022.

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Oumerov también formó parte de la delegación ucraniana que negoció con Moscú, bajo los auspicios de Turquía y de la ONU, la creación de un corredor marítimo que permita la entrega de cereales ucranianos a través del Mar Negro. Un acuerdo que Rusia no renovó cuando expiró el pasado mes de julio, pero que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, intentará relanzar durante un viaje a Sochi el lunes.

Desde el comienzo de la guerra, Oumerov también ha trabajado duro entre bastidores para convencer a los países occidentales de que entreguen armas a Ucrania. Los beneficios obtenidos gracias a las operaciones de privatización (más de 900 millones de euros desde principios de 2023, según Eastern Circles) también se utilizarían principalmente para comprar material ofensivo. Al acceder al Ministerio de Defensa, Oumerov continuaría naturalmente la operación de seducción llevada a cabo con convicción por su predecesor Reznikov con los aliados de Ucrania.