El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, denunció el viernes planes de un “golpe de estado” destinado a impedirle asumir el poder en enero tras ganar las elecciones del 20 de agosto con la promesa de luchar contra la corrupción. «Hay un grupo de políticos y funcionarios corruptos que se niegan a aceptar el resultado (de las elecciones) y que han elaborado un plan para romper el orden constitucional y violar la democracia», dijo Arévalo, después de que la justicia descalificara a su partido Semilla. “Estas acciones constituyen un golpe de Estado impulsado por las instituciones que deben garantizar la justicia en nuestro país”, añadió durante una conferencia de prensa.