“Reservar la adquisición de la nacionalidad a personas que se encuentren en un proceso de asimilación”. El título V del proyecto de ley (PPL) de los diputados Republicanos (LR) para «recuperar el control de la política de inmigración, integración y asilo» adquiere furiosos acentos pasquaianos. Este texto, presentado en junio en la Asamblea, vuelve a dibujar en profundidad el sacrosanto derecho del suelo. Según su artículo 53, «Todo niño nacido en Francia de padres extranjeros puede, desde los 16 años hasta los 18 años, adquirir la nacionalidad francesa, siempre que manifieste la voluntad de residir en Francia en la fecha de su nacimiento. manifestación de voluntad y que justifique su residencia habitual en Francia durante los diez años anteriores a la misma”. Y ya no cinco años, como hoy.

Ce refus d’une procédure «automatique» avait déjà été promu, en 1993, par Charles Pasqua, alors ministre de l’Intérieur: pour obtenir la nationalité française, les enfants nés en France de parents étrangers devaient engager une démarche d’adhésion à 18. Las condiciones se eliminaron cinco años después bajo Jospin.

El PPL de los jefes de los LR y de su grupo parlamentario, respectivamente, Éric Ciotti y Olivier Marleix, va más allá. Impide la adquisición de la nacionalidad si los padres extranjeros se encontraban en situación irregular en Francia en el momento del nacimiento del niño. Correspondería a Beauvau aportar la prueba de esta estancia irregular, que se ha convertido de nuevo en delito en la PPL Ciotti-Marleix (artículo 30).

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Otro motivo para borrar el derecho del suelo en este texto: si, en el momento de la solicitud, el solicitante tiene antecedentes penales. Allí es la fibra Sarkozy de los LR la que habla. Porque en septiembre de 2015, en Le Figaro, el día después de los atentados de Charlie y mientras la crisis migratoria cobraba fuerza, el ex Presidente de la República abrió el debate enumerando posibles excepciones al jus soli: «Si los padres están en situación irregular en el momento del nacimiento, si el interesado ha incurrido en actividades terroristas o actos de delincuencia”.

Gérald Darmanin, hijo de un Sarkozy que le trenzó laureles este verano, ¿llegaría a aceptar tales propuestas? En Renaissance, los más progresistas se estremecen de antemano.