Los precios en el surtidor se han disparado este verano, para disgusto de los vacacionistas. Sin embargo, Elisabeth Borne quiere ser optimista sobre su evolución futura. Si la primera ministra reconoció, este miércoles al mediodía en France Bleu, que “los precios de los combustibles han aumentado desde principios de julio”, afirmó que se estaban estabilizando. «No esperamos un aumento de los precios del combustible en las próximas semanas», intentó tranquilizar.

Sin embargo, las últimas cifras del Ministerio de Transición Energética, analizadas por Fig Data, muestran que los precios en los surtidores continuaron su espectacular aumento la semana pasada. Un litro de diésel cuesta ahora una media de 1,8725 euros, o 2,4 céntimos más en una semana. Inaudito en seis meses. La gasolina sigue una tendencia similar, aunque algo menos acentuada. El precio del SP-98 se acerca a los dos euros (1,9995), al igual que el del SP-95 (1,9507 euros) y el E10 (1,9345 euros).

Un optimismo que llevó al Primer Ministro a cerrar la puerta a la creación de un nuevo bono de combustible, como las ayudas creadas a principios de año para sustituir el descuento gubernamental en el surtidor. «Ya tenemos un cierto número de grupos petroleros y distribuidores que se han comprometido a mantener los precios por debajo de los 2 euros, pienso en particular en TotalEnergies, o bien vender el combustible a precio de coste», subrayó también Elisabeth Borne.