Dejen de decir que TotalEnergies es un grupo petrolero, es un grupo gasista. Su director general, Patrick Pouyanné, no se contenta con afirmar periódicamente esta identidad. Lo ha convertido en punta de lanza de su estrategia, con el objetivo de aumentar la cuota del gas natural en sus ventas hasta un nivel cercano al 50% en 2030. No está muy lejos de eso, el 48% alcanzado en 2022. En 2015 , el gas representó solo el 33% de los ingresos de la empresa, en comparación con el 65% del petróleo. La conversión a energías renovables sólo viene después.
Prueba de esta apuesta por el desarrollo de la actividad gasista son las reiteradas inversiones realizadas en este ámbito. El lunes, la compañía anunció una adquisición en el campo de gas Cash-Maple en Australia. Solo en julio, TotalEnergies anunció su participación en una inversión de $14.8 mil millones en un proyecto de planta de GNL en Texas, la puesta en marcha de un campo de gas en Azerbaiyán y el fortalecimiento de la colaboración con Socotrach para aumentar la producción y los envíos de GNL desde Argelia…
Las participaciones en gas son tales que, en general, varias empresas se reparten el peso de las inversiones necesarias para el desarrollo de los proyectos. En el caso de Cash-Maple, no se reveló el monto de la transacción. TotalEnergies especifica tomar una participación del 26% en lo que actualmente es solo una licencia de operación en un área de 418 km2 en el Mar de Timor (entre Australia e Indonesia). Suficiente para asegurar el suministro de la planta de licuefacción de gas natural de Ichthys en el norte de Australia, también propiedad mayoritaria de socios asiáticos de TotalEnergies, incluida la japonesa Inpex, y del grupo de Patrick Pouyanné.
TotalEnergies ocupa el tercer lugar en el mundo para los jugadores de gas natural licuado (GNL), con una participación de mercado de alrededor del 12%. El cese repentino de las importaciones de gas ruso, tras la guerra en Ucrania, cambió la situación. Las importaciones de GNL han vuelto al frente de los asuntos nacionales para los países europeos.
Los compromisos a largo plazo del gigante francés en la explotación y comercialización de gas reflejan una triple convicción compartida por la Agencia Internacional de la Energía. Por un lado, la demanda mundial de gas seguirá aumentando en los próximos años, en particular porque de él depende una cuarta parte de la producción mundial de electricidad. Por otro lado, la molécula aporta su parte a la transición ecológica: al emitir la mitad de CO2 que el carbón, el gas es una energía de transición. Se utiliza para complementar y asegurar la producción de electricidad frente a las energías eólica y solar que producen de forma intermitente. Finalmente, el control de los suministros es un elemento de la soberanía energética.
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Junto al foco en gas, TotalEnergies también está trabajando para desarrollar su presencia en electricidad y energías renovables, aunque en menor medida. Así, en 2030 la electricidad debería representar el 15% de las ventas del grupo, el gas procedente de biomasa y el hidrógeno el 5%, frente al 50% del gas y el 30% del petróleo. El camino hacia la transición ecológica es un largo camino.