Estrellas, comedias y una mayoría de películas de directoras: la 16ª edición del Festival de Cine Francófono de Angoulême abre el martes con un programa que otorga un lugar privilegiado a las producciones francesas.

De las once películas a concurso, que se presentarán al público hasta el domingo, ocho son francesas y siete están realizadas por mujeres. «No hubo cálculo ni a priori», aseguró a la AFP Dominique Besnehard, cocreadora del festival (junto a Marie-France Brière). “Elegimos las películas que nos parecían las mejores”. Entre ellas, Iris et les hommes, una nueva comedia de la directora de Antoinette in the Cévennes, Caroline Vignal, con Laure Calamy de nuevo en el papel principal. O incluso La prometida del poeta de la ex Deschiens Yolande Moreau. Cabe destacar también la presencia de cuatro películas que se presentaron en el Festival de Cine de Cannes en mayo: Le temps d’aimer de Katell Quillévéré, Nothing to los de Delphine Deloget, Rosalie de Stéphanie di Giusto y Augure del rapero belga Baloji.

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“Hay un puente con Cannes pero queremos seguir siendo un festival pionero”, subrayó su cocreador, recordando que Angoulême había presentado Intouchables, uno de los mayores éxitos del cine francés (casi 20 millones de espectadores). En general, la edición de 2023 “es muy femenina, con heroínas extravagantes y mucha comedia”, continuó. Mismo tono por parte del jurado, presidido por Laetitia Casta, que cuenta con seis mujeres de nueve miembros, entre ellas la directora franco-tunecina Kaouther Ben Hania, la cantante franco-argelina Souad Massi o la estrella en ascenso del cine tricolor Raphaël Quenard. En Angulema, sin alfombra roja, el ambiente es menos glamuroso que en Cannes pero las estrellas están ahí: Diane Kruger, Laure Calamy, Karin Viard, Benjamin Biolay, Mathieu Kassovitz…

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Fuera de competición, el público descubrirá el nuevo thriller de Yann Gozlan, Visions, dos años después del éxito de Black Box (más de un millón de entradas en taquilla) o el drama La petite, que abrirá el festival, sobre una madre subrogada , con Fabrice Luchini. Este año, pocas películas son del continente africano. «Fue difícil», admitió Dominique Besnehard. Por otro lado, Canadá estará bien representada, en particular con la comedia Bungalow, sobre el desencanto de los “millennials” (nacidos entre principios de los 80 y finales de los 90), del quebequense Lawrence Côté-Collins. Suiza será honrada con la proyección de varias películas, incluida La Salamandre de Alain Tanner (1971). El año pasado, el público acudió en masa, con 52.000 asistentes al festival. Esta cifra debería superarse, según Besnehard, quien argumenta que «todas las salas estarán llenas».