Cuatro inmigrantes, todos del África subsahariana, han muerto y otros 51 están desaparecidos tras un naufragio el pasado fin de semana frente a las costas de Túnez cerca de Sfax, el epicentro de la emigración ilegal a Europa, según ha podido saber este lunes 7 de agosto fuentes judiciales. . Por el momento, «se han recuperado cuatro cuerpos, se han salvado dos inmigrantes y 51 están desaparecidos», dijo a la AFP Faouzi Masmoudi, portavoz del tribunal de Sfax.
En la embarcación improvisada que partió de una playa al norte de Sfax, frente a las islas Kerkennah, iban 57 migrantes, según el testimonio de los sobrevivientes. Esta tragedia no tiene nada que ver con los dos naufragios que dejaron al menos 30 personas desaparecidas cerca de la isla de Lampedusa, Italia, que dista unos 130 km de Sfax. La Guardia Costera continúa su búsqueda de posibles sobrevivientes, según el portavoz.
También intentan averiguar «si ha habido otros naufragios en esta zona», tras el hallazgo entre el viernes y el domingo de «12 cuerpos en las playas» al norte de Sfax, según un nuevo informe de Faouzi Masmoudi. Imposible saber si estos cadáveres pueden provenir del naufragio cerca del Kerkennah. Del 1 de enero al 20 de julio se recuperaron 901 cuerpos de migrantes frente a las costas de Túnez, la mayoría de ellos del África subsahariana.
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Según las últimas estadísticas de ACNUR, desde principios de 2023, más de 87.000 inmigrantes han llegado ilegalmente a Italia, principalmente desde Túnez, y el resto desde Libia. El Mediterráneo central, entre el norte de África e Italia, es la ruta migratoria más peligrosa del mundo con más de 20.000 muertos desde 2014, según la OIM. La salida de inmigrantes del África subsahariana se aceleró tras un discurso del presidente Kais Saied el 21 de febrero denunciando la llegada de «hordas de inmigrantes ilegales» que, según él, habían «cambiado la composición demográfica» del país.
Después de la muerte el 3 de julio de un tunecino en una reyerta entre inmigrantes y lugareños, cientos de negros africanos fueron expulsados de Sfax. Muchos han decidido intentar la travesía. Y al menos 2.000 africanos, según nuevos datos facilitados por una fuente humanitaria a la AFP, fueron llevados por la policía tunecina hasta las fronteras con Libia y Argelia y abandonados en zonas desérticas. Al menos 25 han muerto en el desierto tunecino-libio desde principios de julio, según el último balance de fuentes humanitarias.
