Estados Unidos está tratando de encontrar un código informático malicioso colocado, según Washington, por China en el corazón de las redes que controlan la infraestructura crítica para el ejército estadounidense, asegura este sábado el New York Times. Esta brecha informática, conocida desde mayo, es más profunda y preocupante de lo estimado inicialmente, según funcionarios del ejército y de la inteligencia estadounidense entrevistados por el diario. «Es una bomba de relojería», dijo una fuente parlamentaria al New York Times.
Estados Unidos teme que piratas informáticos vinculados a Pekín hayan instalado un programa informático destinado a activarse en caso de conflicto armado, por ejemplo en torno a Taiwán, según el diario.
Si el código malicioso no ha sido detectado en sistemas informáticos clasificados según la misma fuente, a Washington le preocupa que, una vez iniciado, perturbe las redes de electricidad, agua potable y comunicaciones que abastecen a las bases militares estadounidenses, lo que podría dificultar los movimientos de tropas.
Fuentes citadas por el New York Times también están considerando otra teoría, que los chinos esperan con una interrupción de la infraestructura estadounidense que los ciudadanos de los Estados Unidos estén demasiado concentrados en este problema interno como para prestar atención a un conflicto fuera de sus fronteras.
A fines de mayo, las agencias de ciberseguridad estadounidenses y aliadas acusaron a un «actor cibernético» patrocinado por China de infiltrarse en la «infraestructura crítica» estadounidense, acusaciones que Beijing niega rotundamente. Microsoft había indicado que el grupo detrás de él, Volt Typhoon, había estado activo desde mediados de 2021 y que había apuntado, entre otras cosas, a la infraestructura crítica en la isla de Guam, que alberga una importante base militar estadounidense en el Océano Pacífico.
Después de más de un año de trabajo, los funcionarios estadounidenses aún no conocen el alcance total de la violación, según informó el sábado The New York Times.
Los países occidentales están cada vez más preocupados por las maniobras de Beijing en el ciberespacio. A mediados de junio, una subsidiaria de Google había informado que un grupo de ciberatacantes, visiblemente vinculados al estado chino, eran responsables de una vasta campaña de espionaje informático dirigida en particular a las agencias gubernamentales de varios países que representaban un interés estratégico para Beijing.
La elección de objetivos estuvo directamente relacionada con «temas de alta prioridad para China, especialmente en la región de Asia-Pacífico, incluido Taiwán», señaló Mandiant, especialista en ciberseguridad de Google.