El jueves 8 de febrero se solicitó una pena de prisión suspendida de cuatro meses y una multa de 80.000 euros contra el ex diputado de LR Bernard Perrut, político de Beaujolais, procesado en París, en particular, por malversación de honorarios de mandato.

El funcionario electo, de 67 años, compareció ante la 32ª Sala Penal por malversación de fondos públicos mediante malversación de su compensación en concepto de gastos de oficina (IRFM), por un importe aproximado de 94.000 euros, así como por incumplimiento de sus obligaciones de informar. -à-vis la Alta Autoridad para la Transparencia de la Vida Pública (HATVP), en lo que respecta, en particular, al valor de sus activos y a los contratos de seguros de vida.

Entre 2018 y 2019, la HATVP transmitió a la Fiscalía Financiera Nacional (PNF) una quincena de informes sobre la utilización por parte de varios parlamentarios, de todos los bandos, de su IRFM. Por importe de 5.840 euros brutos mensuales, esto “estaba destinado a cubrir los distintos gastos vinculados al ejercicio de su mandato” y que no eran “directamente cubiertos ni reembolsados ​​por la Asamblea”.

Entre estos informes, el de Bernard Perrut, que fue diputado por el noveno distrito del Ródano de 1997 a 2022 y también alcalde de Villefranche-sur-Saône entre 2008 y 2017. Fue juzgado por actos cometidos entre marzo de 2015 y junio de 2017. antes de la sustitución del IRFM por el anticipo de tasas de mandato (AFM) en enero de 2018.

Durante tres horas, el tribunal intentó obtener aclaraciones sobre los movimientos realizados desde la cuenta bancaria en la que se abonaba el IRFM a otras cuentas de Bernard Perrut.

De 30 euros en joyas a 65.262 euros transferidos para bienes inmuebles o 40.849 euros para inversiones, incluidos seguros de vida, y a falta de documentos justificativos, “¿cómo comprobar que estamos en relación con el mandato parlamentario, señor?”, preguntó el presidente. él, sorprendiéndose por los pagos que a veces eran “erráticos” y otras veces regulares.

“Estaba con las narices en el trabajo”, acaparado por los problemas de salud y el trabajo, afirmó el acusado, antes de explicar que estaba “un poco desordenado” y había actuado por “facilidad” para gestionar sus gastos, incluido el alquiler sin arrendamiento de dos activos inmobiliarios propios como son sus oficinas parlamentarias.

Antes de marzo de 2015 y del establecimiento de nuevas normas, “no era nada” y había una “supervisión progresiva” del IRFM para “salir de la vaguedad”, replica el representante del PNF, al origen de la citación. Bernard Perrut, diputado “particularmente experimentado” y “sabio”, tenía “la posibilidad de crear una cuenta específica y operar en silos” con una “rastreabilidad inequívoca”, añadió en sus solicitudes, solicitando además una inhabilitación de tres años.