Le Figaro Niza
Además de los debates sobre el presupuesto, una parte importante del último ayuntamiento de Niza, la semana pasada se votó por unanimidad una deliberación para proteger mejor a los cuidadores de los ataques. En el preámbulo de sus palabras, Anthony Borré, primer adjunto encargado de Seguridad, recordó un aumento de estos actos de alrededor del 23% entre 2021 y 2022 en territorio nacional. La quinta ciudad más grande de Francia no es una excepción. Como el hospital Pasteur, donde el año pasado se registraron 212 ataques.
Como parte de esta medida mencionada en el hemiciclo de Niza, esta vez se trata de ofrecer más protección a los cuidadores liberales que trabajan en casa. Es así como el municipio firmó un convenio con la Orden Nacional de Enfermeras similar al que rubricó con la organización SOS Médecins. “Queríamos ir más allá”, defendió Anthony Borré al presentar esta deliberación.
Durante tres meses, cuatro practicantes voluntarios experimentarán con cajas de emergencia que les permitirán alertar a la policía municipal en caso de peligro durante una intervención domiciliaria. Después de presionar el botón durante cinco segundos, los equipos del centro de supervisión urbana de Niza podrán escuchar lo que está sucediendo y así realizar una «despeja de dudas». La caja, geolocalizable, permitirá a la policía acudir al lugar de los hechos en caso de agresión comprobada por parte de un paciente.
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Enfermeras, cuidadoras, fisioterapeutas, matronas, «profesionales de la salud en general que trabajan en casa», resume el funcionario electo, eventualmente podrán equiparse con este dispositivo a su cargo si sienten la necesidad. El objetivo del ayuntamiento es generalizarlo para luchar mejor contra las agresiones de los cuidadores.
El entorno domiciliario puede ser más cómodo para el paciente pero también provocar ansiedad para el cuidador. “A menudo somos el único interlocutor para el paciente y su entorno, y en ocasiones no podemos dar respuestas”, explica John Pinte, presidente del Sindicato Nacional de Enfermeros Liberales (Sniil). Hay tal nivel de hartazgo, que estamos en una zona que puede ser peligrosa.
Está satisfecho con tal acción implementada por la ciudad de Niza. “Es una buena medida que venimos pidiendo desde hace tiempo”, dice, enumerando las agresiones verbales, físicas e incluso punzantes que pueden sufrir las enfermeras a domicilio. Este experimento de tres meses ciertamente no es suficiente, pero al menos nos preocupa. Señala que el 85% del cuerpo de la profesión está formado por mujeres, “más vulnerables que otras”, de ahí la importancia, según él, de acelerar este tipo de dispositivos a nivel nacional. Ya había hecho la solicitud al ministro de Salud, François Braun.
Los cuidadores tienen la obligación de continuar con el cuidado, aunque a veces se instaure el temor de ir al paciente por la agresividad de éste, así como por la presión de su familia. En este sentido, el municipio de Niza ha sensibilizado aún más a los equipos de su «Maison d’aide aux victim» para facilitar la coordinación con la policía nacional para la presentación de denuncias.