Usa las primeras líneas rusas. Este es el objetivo de Ucrania desde el inicio de su contraofensiva, con fecha 8 de junio. El Kremlin, durante todo el invierno, construyó una larga serie de fortificaciones, llegando hasta cinco líneas de defensa en lugares, sobre los 1000 kilómetros de línea de contacto. Kiev debe primero podar estas primeras fortificaciones para esperar lanzar sus tanques más al sur y al este. En dos semanas, “se han liberado ocho localidades”, en cerca de 113 km2, anunció el viceministro de Defensa, Ganna Maliar. Y Pyatykhatky, una ciudad en la región de Zaporizhia, que tenía 18.000 habitantes antes de la guerra, fue reconquistada.
En el sur, el ejército ucraniano avanzó «hasta siete kilómetros de profundidad». Y en el Este, «la intensidad general de los combates ha bajado la semana pasada» y el ejército ucraniano «ha avanzado en varias direcciones», añadió el viceministro. En Bakhmout, ciudad que se ha convertido en símbolo de la resistencia ucraniana y que cayó casi en su totalidad en manos del Kremlin a finales de mayo, los rusos han «realizado considerables esfuerzos para frenar nuestro avance». Las unidades fueron transferidas allí según Ganna Maliar, corroborando la inteligencia británica que anunció que el Grupo de Fuerzas Dnipro (DGF) fue trasladado desde las afueras de Kherson a la región de Zaporijjia y Bakhmout.
El ejército ucraniano aún no ha comprometido todas sus fuerzas. De las doce brigadas del primer escalón, es decir para ser desplegadas en la línea del frente, «al sur de la ciudad de Zaporizhia hay un segundo escalón de diez brigadas de maniobra listas para relevar a las del frente o venir y atacar la propia línea”, apunta Michel Goya, coronel de las Tropas de Marina, en su blog. Además, en la retaguardia «hay incluso una reserva estratégica de cinco brigadas capaces de enfrentarse en cualquier lugar».