Invitación a visitar Damasco, lucha contra el terrorismo y las drogas: en su primera visita a Bagdad desde el regreso de Siria a la Liga Árabe, el jefe de la diplomacia siria destacó este domingo la «cooperación» con el aliado iraquí.

El viaje de Faisal Meqdad a Irak se produce en un momento en que el presidente sirio, Bashar al-Assad, se está sacudiendo gradualmente su estatus de persona non grata y regresa a la escena regional después de más de una década de aislamiento.

Desde el derrocamiento de Saddam Hussein en 2003, Bagdad ha apoyado al régimen sirio y se abstuvo en la votación que llevó a su suspensión de la Liga Árabe en 2011. La medida se tomó debido a la represión del levantamiento popular que luego se convirtió en una sangrienta guerra.

El regreso de Damasco a la Liga Árabe se formalizó el 7 de mayo e Irak fue «uno de los iniciadores», aseguró el ministro de Exteriores iraquí, Fouad Hussein, durante una rueda de prensa con su homólogo sirio.

El sirio envió luego al primer ministro iraquí, Mohamed Chia al-Soudani, una «invitación para visitar Damasco» en una fecha no especificada, según un comunicado del gabinete del jefe de gobierno.

Con su homólogo iraquí, Fayçal Meqdad planteó el tema de los refugiados sirios que abandonaron su país a causa de la guerra, huyendo a países vecinos: Jordania, Líbano e Irak, en particular. “Hemos recibido alrededor de 250.000 refugiados, la mayoría de los cuales están en campamentos en el Kurdistán iraquí”, recordó Fouad Hussein.

El próximo paso, dijo, “se centrará en la ayuda humanitaria y cómo hacerla llegar a Siria”, donde el terremoto del 6 de febrero mató a más de 6.000 personas, especialmente en las zonas rebeldes del norte y noroeste del país. todavía fragmentado por la guerra.

Agradeciendo a Irak por su “solidaridad” tras el terremoto, Fayçal Meqdad saludó el “progreso” en las relaciones bilaterales. «Seguiremos cooperando para luchar contra el terrorismo y eliminar el peligro que representan las drogas», añadió.

Irak y Siria comparten una frontera de 600 km en medio del desierto, lo que facilita la circulación de células del grupo Estado Islámico (EI) y el narcotráfico. En marzo, los guardias fronterizos iraquíes anunciaron la incautación en la frontera con Siria de más de tres millones de tabletas de captagon, una droga de la familia de las anfetaminas cuyo tráfico se ha disparado en los últimos años en Oriente Medio.

A través de este borde poroso también pasan células IS. Los yihadistas continúan lanzando ataques esporádicos contra las fuerzas de seguridad iraquíes. El EI se apoderó en 2014 de territorios enteros en ambos países para ejercer allí su régimen de terror, antes de ser derrotado en 2017 en Irak y en 2019 en Siria bajo el embate de sucesivas ofensivas.