Estados Unidos se ha vuelto más atento a la “amenaza” china desde la invasión rusa de Ucrania, que no los “distrajo” de su creciente rivalidad con Pekín, dijo este viernes 2 de junio el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken. “Nuestro apoyo a Ucrania no ha debilitado nuestras capacidades para responder a una amenaza potencial de China o de otros lugares, las ha fortalecido”, dijo durante un discurso en Helsinki.

Cualquier compromiso de Estados Unidos con el desarme nuclear en el futuro dependerá de China, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca, al tiempo que aseguró que Washington no había perdido de vista a Rusia. «Estaríamos listos para respetar las restricciones y participar en un régimen de desarme después de 2026, pero una variable clave será la naturaleza de nuestro comercio con China para entonces», dijo en una entrevista con la prensa.

El intercambio se produce antes de un discurso del asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, el viernes sobre el desarme nuclear. Según el alto funcionario ya citado, que no quiso ser identificado, Estados Unidos no pierde de vista a Rusia, que ha suspendido su participación en el tratado de desarme nuclear New Start, el último acuerdo bilateral de este tipo que vincula a los dos Rivales de la Guerra Fría. Este acuerdo vence en 2026.

Estados Unidos está «abierto» a un diálogo «incondicional» con Moscú sobre el tema del armamento nuclear, aseguró la fuente, quien subrayó que los estadounidenses siempre buscan obtener de los rusos un «cierto nivel de reciprocidad». No obstante, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció el jueves «contramedidas» en respuesta a la decisión de Rusia de suspender su participación en el tratado. Por lo tanto, Estados Unidos restringirá el intercambio de información con Rusia sobre su arsenal nuclear.

Pero, en materia nuclear como en todo el resto de su actividad diplomática, Estados Unidos está sobre todo centrado en China, que está desarrollando rápidamente su arsenal, argumentó el alto funcionario. “El tamaño de su arsenal, la naturaleza de su fuerza y ​​otros desarrollos en su política afectarán nuestra propia postura en el futuro”, enfatizó. Esto repercutirá en el posicionamiento de Rusia, lo que tendrá consecuencias en el de Francia y Gran Bretaña, analizó: “todo está muy conectado”. Aseguró que la administración Biden, si bien asumió una lógica de rivalidad con China, le había señalado a Beijing su “disposición” y su “interés” por las discusiones sobre armamento nuclear.

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Las relaciones son muy tensas entre las dos superpotencias, a pesar de las esperanzas de «deshielo» expresadas recientemente por el presidente estadounidense Joe Biden. China, por ejemplo, declinó recientemente la invitación de Estados Unidos a una reunión entre los ministros de defensa de los dos países. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri), China tiene un arsenal de 350 ojivas nucleares, muy por detrás de Rusia (4.477) y Estados Unidos (3.708). Pero Beijing podría tener 1.500 para 2035, predijo un informe del Departamento de Defensa de EE. UU. en noviembre.