Este viernes por la noche, la estrella planetaria Beyoncé actuará en el Stade de France, frente a 80.000 espectadores. Entre ellos, franceses pero también estadounidenses que han viajado miles de kilómetros para encontrar billetes a precios atractivos. La idea puede parecer absurda, pero en realidad los boletos cuestan menos en Europa que en los Estados Unidos.
Al otro lado del Atlántico, es la plataforma de venta Ticketmaster la que vende las entradas. Problema: No existen regulaciones y los precios se ajustan en función de la demanda de los clientes. Durante la gira de la cantante Taylor Swift en noviembre pasado, había que pagar 21.500 dólares para verla en el MetLife Stadium de Nueva Jersey. Ante estos precios desorbitados, 26 personas interpusieron una denuncia contra Ticketmaster y el Senado estadounidense cuestionó el pasado mes de enero el dominio de la empresa en el sector de los eventos.
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Pero, según información de NBC News, la situación no parece haber cambiado. Una fan de Beyoncé, Kylyn Schnelle, quería asistir a su concierto en su ciudad natal de Louisville, Kentucky. En Ticketmaster, el boleto se ofreció a 800 dólares o 730 euros. Por lo tanto, la joven decidió comparar los precios con el mismo concierto en Londres, donde vive una de sus amigas. «Cuando miré el precio del billete en Londres, era de 167 libras (unos 192 euros), y el vuelo costaba unos 660 dólares (unos 600 euros)», haciendo un total de 792 euros, «el mismo precio que el concierto de Louisville.
Según Jadrian Wooten, profesor asociado de economía en Virginia Tech, al comprar sus entradas para conciertos en Europa, el público estadounidense está demostrando ser “muy creativo”. “Combinas dos experiencias, señala a NBC News, vives a la vez un concierto y un viaje, que quizás hubieras querido hacer de todos modos”.