Miles de docentes rumanos se manifestaron en Rumania el jueves para exigir un aumento salarial, en una huelga sin precedentes en 18 años que ha cerrado la mayoría de las escuelas. “Estamos aquí porque estamos al final de nuestra paciencia con las innumerables promesas pisoteadas a lo largo de los años”, dijo a la AFP en la capital, Bucarest, Alina Deliu, una maestra de 47 años.

Unas 10.000 personas se reunieron frente al edificio del gobierno antes de marchar hacia el parlamento, gritando «¡dignidad!», «¡ladrones!» o «¡Qué vergüenza!»

Al igual que muchos países de la Unión Europea (UE) sacudidos por protestas contra los altos precios, Rumanía ha visto manifestaciones regulares en los últimos meses, que hasta ahora se han mantenido en una escala modesta. Pero ante el fracaso de varias sesiones de negociación con el Gobierno, los sindicatos han decidido endurecer su tono. Comenzaron este lunes una huelga que afecta a miles de establecimientos.

En este país de Europa del Este enfrentado a una inflación superior al 10%, los emolumentos del profesorado se están quedando atrás: al inicio de su carrera ascienden a unos 2.400 lei netos al mes (484 euros), que es casi la mitad de lo salario medio (952 euros). “¡Estamos totalmente ignorados! Los salarios son muy bajos y tratan de comprar nuestro silencio ofreciéndonos vales” o bonos, lamenta Mihai Dobre, de 29 años, que trabaja en la escuela primaria.

“Preferimos salarios que motiven, mejores condiciones de trabajo, escuelas con gimnasios…”, agrega Mitica Iosif, dirigente sindical de 56 años que vino especialmente de Constanta (este). El gobierno, sin más detalles, afirma por su parte que se debe modificar la legislación para poder incrementar los ingresos del sector público. El proyecto de ley debería estar listo a mediados de julio, pero su implementación podría demorar varios meses.