Giorgia Meloni lanza una nueva ofensiva en el frente cultural italiano. Mientras Francia e Italia atraviesan una crisis diplomática, el Consejo de Ministros adoptó el jueves 4 de mayo un decreto que, según Le Monde y La Repubblica, apunta directamente al francés Stéphane Lissner, actual director de la Ópera de Nápoles. Debería apelar esta decisión. La nueva medida fija en 70 años la edad de jubilación de los directores extranjeros de teatros de ópera y debería publicarse próximamente en el Diario Oficial.
El ex director de la Ópera de París, Stéphane Lissner, celebró su cumpleaños en enero y, por lo tanto, alcanzó el límite de edad recientemente establecido por Giorgia Meloni. Según Le Monde, no sería el único afectado por esta nueva medida. Otro francés, Dominique Meyer, también debería dejar la dirección de La Scala de Milán. A sus 68 años, «podría verse obligado a dejar su puesto en dieciocho meses», dice Le Monde.
Para reemplazar a Stéphane Lissner al frente de la Ópera de Nápoles, se espera ampliamente a Carlo Fuortes, director gerente de Rai. Y es esta salida la que preocupa mucho al Partido Democrático Italiano. En una nota, los presidentes del grupo parlamentario, Francesco Boccia y Chiara Braga, declararon que “esta decisión es la condición que permitirá que el derecho se haga cargo del servicio público. Es una elección muy seria. Según Le Monde, Giorgia Meloni ya tiene un nombre en mente para reemplazar a Carlo Fuortes: Giampaolo Rossi. Un perfil que preocupa a la oposición.
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“Es fundamental que el servicio público garantice diferentes puntos de vista culturales y políticos. Su supervivencia depende de ello”, dijeron Stefano Graziano y Sandro Ruotolo, respectivamente jefe del grupo demócrata en el comité de control parlamentario Rai y jefe de información en la secretaría nacional del partido de izquierda italiano.
El decreto que firma el final de la carrera de Stéphane Lissner en la dirección de la Ópera de Nápoles debería publicarse muy pronto en el Diario Oficial italiano. La Fundación Teatro San Carlo podría entonces proponer el nombre de Carlo Fuortes al ultraconservador Ministro de Cultura Gennaro Sangiuliano.
Además, no es probable que esta decisión suavice las relaciones entre Francia e Italia. Estos ya están tensos por las diferencias sobre la política migratoria. El jueves, Gérald Darmanin afirmó que Giorgia Meloni era «incapaz de resolver los problemas migratorios» de Italia. Comentarios considerados insultantes por el presidente del Consejo de Ministros italiano y por los líderes políticos del país.