Se acerca la temporada alta de turismo e Italia teme asfixiarse. El retorno masivo de visitantes asfixiaría, según el diario “La Stampa”, ciertos centros urbanos italianos.

Desde el final de la pandemia y el confinamiento, Italia ha vuelto a convertirse en uno de los destinos más populares del mundo. Millones de visitantes acuden a las ciudades y pueblos de “La Botte”, provocando situaciones peligrosas. Según los observadores, la reanudación del turismo se habría hecho de forma demasiado violenta.

El magnífico panorama de Portofino en Liguria, un pequeño puerto de 400 habitantes, es muy popular en las redes sociales. Una fama que propició, durante el último fin de semana de Pascua, la llegada de 7.000 turistas al recinto. Las numerosas paradas para tomar fotos en las calles provocaron un atasco de peatones. Ante esta situación, el alcalde de la localidad de la Riviera ha decidido tomar medidas. Se ha aprobado una ordenanza para prohibir a los turistas «dejar de caminar» en determinadas zonas o enfrentarse a una multa de 275 euros. Una medida que inspira a otras ciudades ante el turismo de masas. En Venecia y Florencia, ahora está prohibido comer en ciertas calles y en Roma sentarse en los famosos escalones de la Plaza de España.

A pesar de estas medidas draconianas, el gobierno italiano continúa promoviendo ampliamente el turismo, que representa el 13% del PIB del país.