Le Figaro Nantes

Dos vehículos incendiados, rotura de escaparates o sucursales bancarias, múltiples vallas publicitarias destrozadas… En Nantes, la manifestación del Primero de Mayo, que reunió a 80.000 personas según los sindicatos y 17.500 según la prefectura, dio lugar en ocasiones a actos de violencia. Si la gran mayoría de la marcha marchaba pacíficamente junto a la intersindical que pugnaba por acabar con ella, una minoría de matones se agitó varias veces a la cabeza de la misma.

Los primeros incidentes se produjeron menos de una hora después de la salida de la procesión que había partido de Nefs en la isla de Nantes. Se produjeron violentos enfrentamientos entre un centenar de personas y la policía en la rue Kervégan. Situada en las cercanías, la tienda Bovélo resultó dañada. Las ventanas fueron destrozadas. «Hubo gente que entró», confirmó Le Figaro, gerente de una tienda.

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Aproximadamente una hora después, la violencia alcanzó su clímax cerca de los edificios de la prefectura y el Consejo Departamental de Loire-Atlantique. En un primer momento, algunos intentaron iniciar un incendio, utilizando contenedores de basura, frente a una entrada a la prefectura. Un intento que no dio resultado. Unos minutos más tarde, se encendió un fuego en el estacionamiento del Hôtel du Département. Esta vez, las llamas asolaron la entrada al lugar. Le Figaro descubrió que unos matones impidieron temporalmente el acceso a los bomberos, lo que provocó un breve altercado con un grupo de personas.

Este hecho, el PS presidente del Consejo Departamental, «repudia enérgicamente». En un comunicado de prensa, Michel Ménard evoca “actos inaceptables de gran violencia”. Según él, es “inadmisible que una minoría de personas desacredite” la movilización del Primero de Mayo. Diciendo hacer la distinción entre «manifestantes pacíficos» y «aquellos que buscan sólo el enfrentamiento y la violencia», el funcionario electo -presente durante dos horas en el lugar al inicio de la procesión- desea recordar su oposición a un «injusto y brutal reforma». Sobre este punto, subraya para entender «el enfado de los manifestantes frente a un presidente sordo».

Aproximadamente una hora y media después de la emisión de este mensaje, fue la alcaldesa de Nantes, Johanna Rolland, quien emitió un comunicado de prensa. En él, afirma condenar «con la mayor firmeza los desmanes ocurridos y la violencia que se produjo al margen de la manifestación del Primero de Mayo». Para ella, estos actos son obra de «una minoría de matones que han cometido actos de vandalismo inaceptables y totalmente contrarios al espíritu y los valores» de una jornada de «reunión por los derechos de los trabajadores».

También presente en la procesión de Nantes, el concejal escribe para deplorar “actos que van en detrimento de la lucha librada pacíficamente durante más de tres meses por cientos de miles de mujeres y hombres franceses […] contra esta ley de reforma de las pensiones injusta y brutal, contra la sordera del gobierno”. El número dos bis del PS nacional completa su texto dirigiendo su «solidaridad» y su «apoyo» al presidente del Consejo Departamental así como a «todas las víctimas de esta violencia y degradación».