Kazajstán instó este lunes (24 de abril) a sus ciudadanos a no participar en la guerra entre Rusia y Ucrania, tras el mediático caso de un kazajo que se unió al grupo paramilitar ruso Wagner, al igual que otros nacionales de las ex repúblicas soviéticas de Asia Central.

El ejército ruso y el grupo Wagner están tratando de atraer reclutas para compensar sus pérdidas, por ejemplo, facilitando la obtención de la ciudadanía para los soldados contratados que se hayan alistado durante al menos un año, ofreciendo salarios ventajosos o borrando los antecedentes penales a aquellos que deseen unirse a sus filas.

En Rusia, los inmigrantes de Asia Central, económicamente indigentes, lejos de su país de origen y generalmente de habla rusa, se han convertido así en objetivos prioritarios. Desde el comienzo de la guerra, los medios locales han informado de la muerte de decenas de ciudadanos de las repúblicas de Asia Central de Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán, algunos cumpliendo sus condenas en prisiones rusas. En cuanto a Turkmenistán, su prensa cerrada con candado no deja escapar nada.

“Deseo recordar a todos nuestros ciudadanos que pretendan alistarse que la participación en conflictos armados en el extranjero se castiga con cinco a nueve años de prisión”, dijo en rueda de prensa el portero, portavoz de la diplomacia kazaja, Aïbek Smadiarov. “No hay nada romántico allí, como se imaginan. Chicos, no es vuestra guerra”, insistió, reaccionando a la información según la cual un kazajo pelearía en Ucrania dentro de los paramilitares de Wagner.

Es el caso más publicitado de este tipo en el vasto país de Asia Central, aunque los medios locales han informado de algunos ciudadanos kazajos luchando o asesinados en Ucrania. En un video publicado la semana pasada, un joven vestido con uniforme militar dice ser un ciudadano kazajo de 23 años que estudia en la Universidad de Tomsk, Rusia. Afirma haberse incorporado por su cuenta a las filas del grupo Wagner y niega haber sido secuestrado, como afirma su familia.

“Me uní a Wagner voluntariamente, para ayudar a los muchachos a luchar, para contribuir con la operación militar especial. Me siento muy bien, tanto física como mentalmente”, dice el joven de rostro juvenil. Es complicado obtener información sobre los mercenarios kazajos, prerrogativa de los servicios de seguridad que restringen su distribución. Sin embargo, anunciaron a mediados de abril que estaban investigando “10 casos penales relacionados con la participación de ciudadanos kazajos en el conflicto de Ucrania”.