¿París inhabitable en verano? La capital francesa es la ciudad europea donde los ancianos tienen más probabilidades de morir de calor, revela un estudio publicado en la revista científica The Lancet Planetary Health. Cuando la temperatura es más alta de lo normal, la mortalidad se multiplica por 1,6 entre los mayores de 85 años, que representan el 60% de la sobremortalidad europea provocada por el calor y el frío.
Los investigadores estudiaron la mortalidad en 854 ciudades con más de 50 000 habitantes en 30 países europeos entre 2000 y 2019. Parece que los países más cálidos son menos vulnerables a las altas temperaturas, pero más vulnerables al frío. “Y, en general, los países occidentales también son menos vulnerables que los de Oriente, que son menos favorecidos”, subraya Pierre Masselot, investigador de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, uno de los autores del estudio.
París es, por tanto, una excepción. Es difícil sacar conclusiones definitivas, pero “podemos suponer que hay una población más desfavorecida que tiene dificultades para encontrar refugio”, avanza la investigadora. Y señalar, sobre todo, la responsabilidad de las islas de calor urbanas, «que dan temperaturas más altas en la capital que en cualquier otro lugar de Francia en la misma ola de calor».
Lea también Ola de calor: primeras estimaciones de la extensión de la isla de calor urbana en París
En la región, Londres y Ámsterdam también están fuera de la media, lo que respalda la hipótesis de una mayor vulnerabilidad de las grandes ciudades a las altas temperaturas. Los diversos estudios realizados después de la ola de calor de 2003 también mostraron que el exceso de mortalidad en agosto había sido al menos el doble en París en comparación con el resto del país.
De momento, el frío mata diez veces más que el calor en las ciudades estudiadas, con un exceso de mortalidad anual de 203.620 personas por frío frente a 20.173 personas por calor. Pero esto podría cambiar a medida que avanza el calentamiento global, «porque la mortalidad está directamente relacionada con las distintas olas de calor, que se multiplicarán, mientras que la mortalidad por frío es más difusa y resulta de una exposición más prolongada», explica Pierre Masselot.
A menos que las ciudades se adapten para mitigar el efecto del calor en sus habitantes. En París, un informe titulado “París a 50 grados” deberá ser entregado al primer diputado Emmanuel Grégoire este viernes 21 de abril. Renovación térmica, corredores de aire para ventilar la ciudad, desbitumización… En total, los representantes electos de esta misión de información y asesoramiento formularon 85 propuestas para transformar la capital y hacerla más resiliente. Y así evitar ver explotar su mortalidad en verano.