Blanco, negro o gris, el humo saldrá al final de la tarde. Es este viernes cuando el Consejo Constitucional debe emitir su ansiado dictamen sobre la reforma de las pensiones que incendia el país desde enero. Poco antes de las 16 horas, el presidente de la República reúne en el Elíseo a los principales miembros del Gobierno y a los líderes de la mayoría en una reunión para perfilar la continuación de las operaciones. Alrededor de la Primera Ministra de Elisabeth Borne, aparecerán en particular Olivier Dussopt (Labor), Gérald Darmanin (Interior) y Bruno Le Maire (Economía). Si el ejecutivo espera ver algunos artículos censurados, todavía cuenta con una validación por parte de los sabios de la medida insignia del proyecto: el aplazamiento de la edad legal de salida de 62 a 64 años. Y teme ver a raíz de manifestaciones espontáneas y violentas que se desatan en el país.
Pero Emmanuel Macron también está preparando la secuela. Una vez superada la etapa del Consejo Constitucional, el presidente de la República se dirigirá a los franceses para intentar poner en marcha este segundo quinquenio que sigue arrancando. El jefe de Estado tiene tres prioridades: salud, educación y medio ambiente. Se está estudiando un rediseño para incorporar mejor estos tres polos. Luego de tres meses de intensa conflictividad social, el Presidente de la República también quiere retomar el lenguaje con los sindicatos. Y poner sobre la mesa una gran ley sobre el bienestar en el trabajo.