Boris Vallaud dispara balas rojas al jefe de Estado. Invitado del Gran Jurado RTL-Le Figaro-LCI, el jefe de los diputados socialistas increpó a un presidente «frenético», «atrincherado en el Palacio del Elíseo» y guiado por su única «obstinación» en la reforma de las pensiones. “No acepto que Emmanuel Macron tenga un mandato para aplicar esta reforma”, lamentó. Audiencia del Consejo Constitucional, Boris Vallaud tiene “grandes esperanzas” de que el texto sea censurado por los nueve jueces. La institución de la rue Montpensier debe decidir, el jueves 14 de abril, sobre la conformidad del proyecto de ley con la Constitución. “Discutimos la claridad y sinceridad del debate que tuvimos”, argumentó Boris Vallaud, recordando que los Mayores deciden “de derecho” y no de “fondo”.

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En caso de convalidación de la reforma, quedó “una ley muy mala, brutal e injusta”, prosiguió. Una posible luz verde de la institución no firmaría, según él, el fin de la lucha social y política. El presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional se dijo así dispuesto a presentar «una ley para derogar la reforma de Emmanuel Macron». El Consejo Constitucional también debe pronunciarse, el mismo día, sobre la organización de un referéndum de iniciativa compartida (RIP), exigido por Nupes. “Sería una forma de dar voz a los franceses que exigen una forma de democracia continua”, argumentó Boris Vallaud, convencido de que los Sabios tienen “materia” para validar la petición. Si el procedimiento tiene éxito, se invitaría a los ciudadanos a votar sobre la imposibilidad de posponer la edad de jubilación más allá de los 62 años.

Sea cual sea el resultado de la reforma, Boris Vallaud ve un mal «más profundo» en esta secuencia de pensiones, que se ha convertido en el síntoma de «un país que sufre». «El Gobierno espera una vuelta a la normalidad, donde los franceses le piden un cambio de modelo», ha insistido. Para el exsecretario general adjunto del Elíseo, los interlocutores sociales, incluido Laurent Berger, han sido «maltratados» por el ejecutivo, como «nuestras instituciones que han sido brutalizadas». Y para añadir, mordaz: “La humillación es una forma de método de gobierno en Emmanuel Macron”. Utilizando las palabras del jefe de la CFDT, Boris Vallaud denunció “una crisis democrática” y “un golpe político”.

El viernes, en comentarios informados por Le Monde, RTL y Le Point, el Primer Ministro reconoció, sin embargo, la necesidad de un “período de convalecencia” después de la secuencia de retiros. “Para vendar al paciente, quizás haya que quitarle la astilla que se le metió en el pie”, se burló Boris Vallaud. Para la socialista, Elisabeth Borne comparte una «tremenda ingenuidad» con otras figuras de la izquierda que pensaban que estaban «aportando un alma extra» a la política de Emmanuel Macron. Si quiere seguir gobernando, el jefe de Gobierno debe, según él, someterse a un «requisito»: «Retirar esta reforma». “Lo que está bloqueado hoy no es la Asamblea. ¡Es el gobierno!”, concluyó.