La Asamblea Nacional votó este jueves enmiendas para bloquear los precios de al menos cinco frutas y verduras de temporada y establecer una «canasta de la inflación», pese a la oposición del Gobierno y diputados macronistas.

El destino de estas enmiendas comunistas y LFI, que pasaron por estrecho margen en primera lectura con los votos de la izquierda y de RN, sigue siendo incierto, sin embargo, durante la votación general de este texto y durante la continuación de la lanzadera parlamentaria. Pero estos votos sirven como señal de que los precios de los alimentos continúan aumentando.

El comunista Sébastien Jumel votó por una canasta de “inflación” para productos agrícolas y alimenticios con precios “fijos” e inferiores a la “inflación estimada”. Los diputados adoptaron entonces una medida de la LFI Emmanuel Fernandes para extender a todo el territorio un “escudo calidad-precio” vigente en los Territorios de Ultramar para alimentos y productos de higiene “esenciales”. Su enmienda prevé al menos «la congelación de precios de cinco frutas y hortalizas de temporada».

El Ministro de Solidaridad Jean-Christophe Combe intentó en vano oponerse, creyendo que «los precios regulados que son demasiado bajos pueden provocar la aparición de una escasez». Los productores pueden “rechazarlo, juzgando que los precios son demasiado bajos”. Diputados macronistas también recordaron los compromisos de las distribuidoras con el gobierno: un trimestre antiinflacionario en torno a una gama de productos.

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Previamente, los diputados habían comenzado a desbaratar un proyecto de ley medioambiental de un bono alimentario de 50 euros al mes para los más modestos ateniéndose a las promesas del Gobierno de un fondo de ayuda alimentaria sostenible. Jean-Christophe Combe prefirió aprobar una enmienda gubernamental que describe el programa «Comer mejor para todos» de 60 millones de euros en 2023 anunciado por el ejecutivo en otoño.

Están previstos “40 millones de euros a nivel nacional”, en concreto para “permitir a las asociaciones de distribución de alimentos poder acceder a productos frescos” y de “calidad”. Y el programa incluye 20 millones de euros en apoyo de “iniciativas locales”, incluidos posibles experimentos con “bonos dirigidos” lanzados por las comunidades para acceder a “alimentos producidos localmente, suministrados por cortocircuitos”.

Esta promesa de cheque alimentario es una serpiente de mar del gobierno desde hace más de dos años. A fines de 2020, Emmanuel Macron había apoyado la medida propuesta por la Convención Ciudadana por el Clima, pero el gobierno no la ha generalizado desde entonces. En el origen del proyecto de ley en discusión, la ecologista Francesca Pasquini denunció un «desprecio evidente» del gobierno en su texto.