El primero de los seis nuevos patrulleros de la Armada francesa que se desplegarán en el Océano Índico y el Pacífico para 2025 llegó el lunes 3 de abril por la noche a su nuevo puerto base, Nouméa (Nueva Caledonia). Partiendo de Brest el 17 de enero, la lancha patrullera de ultramar (POM) Auguste-Bénébig, encargada a finales de 2019 al astillero de Boulonnais Socarenam, lleva el nombre de un caledonio, compañero de la Liberación, voluntario durante la Segunda Guerra Mundial.
“Este es un momento importante que consagra la inversión de Francia en sus territorios de ultramar y en el Indo-Pacífico, en línea con la estrategia construida por el Presidente de la República para este espacio que hoy se encuentra en plena evolución geoestratégica”, regocijó el jefe. del Estado Mayor de la Armada, el almirante Pierre Vandier. “El Bénébig marca el comienzo de la renovación de todos los medios de intervención en ultramar”, subrayó el almirante, que había viajado desde tierra firme.
La ley de programación militar 2024-2030, presentada este martes en el Consejo de Ministros, prevé entonces la renovación de todos los recursos aéreos de la Armada en el Pacífico y el Índico. “En un mundo que se está rearmando, en un mundo que sufre el cambio climático, que ve colapsar la biodiversidad, las misiones de vigilancia marítima son decisivas”, subrayó el almirante Vandier.
Nueva Caledonia, la Polinesia Francesa y Reunión estarán equipados cada uno con dos POM para 2025. Esta nueva clase de lancha patrullera reemplaza a los P400 al final de su curso. Más autónomos (hasta 30 días en el mar en un radio de 5.500 millas náuticas), con mayor capacidad de carga útil (1.300 toneladas frente a 400), estos buques de vigilancia están equipados con drones. El próximo edificio de la serie debería entregarse a finales de año en la Polinesia Francesa.