El Congreso de Versalles aún está lejos. Pero el ejecutivo acaba de dar un nuevo paso importante en su deseo de constitucionalizar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (aborto). Tras la declaración de política general de Gabriel Attal, el martes, la Asamblea Nacional adoptó en gran medida – por 493 votos contra 30 – el proyecto de ley que prevé la inclusión en la Constitución de que «la ley determina las condiciones en las que se ejerce la libertad garantizada a las mujeres». recurrir al aborto». Las tropas macronistas y los representantes electos de Nupes votaron por unanimidad a favor del texto defendido por los ministros de Justicia e Igualdad entre Mujeres y Hombres, Éric Dupond-Moretti y Aurore Bergé. Lo cual no fue tanto así en los escaños de los Republicanos y del Agrupación Nacional.

“El gobierno y la Asamblea no han faltado a su cita con la Historia”, reaccionó el ministro de Justicia. En alusión a las palabras que pronunció durante los debates en el Hemiciclo, a mediados de la semana pasada: “La Historia está llena de derechos fundamentales, conquistados a costa de sangre y lágrimas, que todos creían definitivamente adquiridos y que, en el estupor o la indiferencia, , han sido barridos. Y Aurore Bergé coincidió en su momento: “No hay razón para creer que lo que sucede a nuestro alrededor no suceda también aquí”. Al mismo tiempo, un puñado de diputados de LR se manifestaron por su franca oposición al texto, considerando que el derecho al aborto no estaba en modo alguno amenazado en Francia y que el proyecto de ley se basaba, por tanto, «en fantasías», dijo Anne-Laure Blin. (LR).

El motivo, explican, es el “cuestionamiento”, en varios lugares del mundo, y particularmente en Estados Unidos, del derecho al aborto. De ahí la votación, en octubre de 2022, de un proyecto de ley de la mélenchonista Mathilde Panot que prevé la constitucionalización del aborto. Ante el Senado, con mayoría de LR, sorprendentemente hizo lo mismo unos meses después, matizando sin embargo esta versión, ya que sólo mencionó la “libertad” de poder apelar. Sin embargo, estas dos adopciones sucesivas finalmente convencieron a Emmanuel Macron de anunciar, en noviembre pasado, su deseo de legislar sobre el tema, tratando de encontrar un “medio dorado” entre las formulaciones de las dos Cámaras. Lo cual podría hacerse antes de la primavera.

Después de la Asamblea, ahora le toca al Senado trabajar en el texto, dentro de un mes. Sin embargo, la partida promete ser más delicada para el ejecutivo dentro de la Cámara Alta. El presidente del Palacio de Luxemburgo, Gérard Larcher, expresó sus reservas y consideró que «la Constitución no es un catálogo de derechos sociales». Una opinión compartida por el jefe de las tropas de LR, Bruno Retailleau, y por el líder de los centristas, Hervé Marseille. Sin que necesariamente todos los senadores compartan esta hostilidad.

En caso de desacuerdo entre las dos Cámaras, la lanzadera parlamentaria continuará. Si, por el contrario, el Senado acaba adoptando el texto en los mismos términos que la Asamblea, el Parlamento se reunirá en el Congreso en Versalles el 5 de marzo para validar la constitucionalización del aborto. Esta sería la primera vez para Emmanuel Macron, quien, desde su elección en 2017, no ha logrado tocar la ley fundamental.