El mayor desarrollador inmobiliario de China por ventas, Country Garden, anunció el jueves una pérdida de más de 800 millones de euros para todo 2022, su primer resultado en números rojos en 15 años. El sector inmobiliario se ve debilitado en China por la desaceleración económica y por un endurecimiento de las regulaciones que ha reducido considerablemente el acceso al crédito para los promotores desde 2020.
La mala salud financiera del peso pesado del sector Evergrande, al borde de la quiebra, también está enfriando a los compradores y contribuyendo a agravar aún más la crisis del sector. En este contexto, Country Garden registró unas pérdidas de unos 6.000 millones de yuanes (más de 800 millones de euros) el año pasado, dijo en un comunicado a la Bolsa de Valores de Hong Kong donde cotiza. Esta es la primera vez desde su salida a bolsa en 2007 que la promotora registra pérdidas.
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En 2021, Country Garden todavía obtuvo una ganancia de 26.700 millones de yuanes (3.500 millones de euros al tipo de cambio actual). “2022 fue un año como ningún otro. El sector inmobiliario chino ha vivido un entorno sin precedentes, que se puede describir como un duro invierno”, dijo Country Garden. El grupo, que durante mucho tiempo ha tenido fama de ser financieramente sólido, se ha visto afectado en los últimos meses por la crisis inmobiliaria en China. Country Garden ya había anunciado el pasado mes de agosto una caída del 96% en sus beneficios semestrales.
China ha experimentado un auge en su sector inmobiliario desde que se liberalizó el mercado a fines de la década de 1990, en un país donde la adquisición de una propiedad suele ser un requisito previo para el matrimonio y una inversión. Pero para reducir el endeudamiento del sector, las autoridades chinas redujeron a partir de 2020 las condiciones de acceso al crédito para promotores. Desde entonces, muchos de ellos han luchado por sobrevivir, mientras que las incertidumbres relacionadas con el covid-19 y los repetidos confinamientos en China el año pasado han provocado que la demanda de bienes raíces se desplome.