El Senado de Estados Unidos aprobó el miércoles un proyecto de ley que revoca la autoridad ejecutiva para hacer la guerra en Irak, 20 años después de que Estados Unidos invadiera ese país para expulsar a Saddam Hussein del poder.

Este texto, que prevé revocar la llamada Ley de Autorización del Uso de la Fuerza Militar (AUMF) de 2002 que permitió a George W. Bush invadir Irak, así como la AUMF de 1991 que autorizó a su padre, George H. W. Bush, para atacar al país de Medio Oriente después de que las fuerzas de Saddam Hussein invadieran Kuwait, fue aprobado por 66 votos contra 30.

“Estados Unidos, Irak y el mundo entero han cambiado mucho desde 2002, y es hora de que nuestras leyes se pongan al día con esos cambios”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer. “Estos AUMF han excedido su vigencia. La cancelación (de estas leyes) no tendrá ningún impacto en nuestras tropas que sirven en el extranjero ni en nuestra capacidad para mantener seguros a los estadounidenses”, agregó.

El presidente Joe Biden ha prometido promulgar la ley si se le presenta, pero aún debe ser aprobada por la Cámara de Representantes controlada por los republicanos, lo cual es incierto. El líder republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, a quien se le preguntó recientemente en NBC sobre la probabilidad de que sometiera el texto a votación, se mostró evasivo. «Tendré que ver qué hay dentro primero», dijo.

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La AUMF de 2002 se utilizó para justificar las operaciones continuas de EE. UU. en Irak después del final de la guerra, como las operaciones de represalia contra las milicias pro iraníes que atacan las bases donde están desplegados los soldados estadounidenses. Fue citada en particular para justificar el asesinato por parte del ejército estadounidense del general iraní Qassem Soleimani en 2020 en Bagdad, ordenado por Donald Trump.

El texto votado este miércoles no anularía, en caso de promulgarse, la AUMF relativa a Afganistán, que data de 2001 y que otorga amplios poderes al ejecutivo estadounidense para perseguir a Al Qaeda en Siria, Yemen, Somalia y otros países africanos. La guerra en Irak dejó 4.500 muertos y 32.000 heridos entre las fuerzas estadounidenses.