10 mil millones Es el monto que representan cada año las prestaciones sociales no reclamadas de la Caja de Asignaciones Familiares (CAF). Para paliar la falta de recurso, auténtica serpiente marina de las políticas sociales, el Gobierno se dispone a poner en marcha un sistema simplificado de solicitud de la Renta Activa Solidaria (RSA), el Bono de Actividad y la Asistencia Personalizada de Alojamiento (APL). Estos tres servicios afectan al 90 % de los destinatarios, es decir, a casi 20 millones de franceses.

El sitio de Servicio Público menciona un “pago en la fuente”: de hecho, será un modelo de declaración precargada, similar al introducido en 2020 para el impuesto a la renta, que la CAF enviará directamente al beneficiario. “Este sistema puede basarse en los datos recopilados por el sistema de recursos mensuales (DRM) que sirve como base para calcular las asignaciones”. especifica el sitio.

Para facilitar este procedimiento de declaración precargada, los franceses descubrirán una nueva línea en sus nóminas, mencionando el importe social neto, es decir, el importe que sirve de referencia para el cálculo de las prestaciones sociales. El gobierno quiere que todos los empleadores puedan declarar esta cantidad por cada empleado, como ingreso neto imponible, para 2024.

El despliegue del sistema será monitoreado por un Comité de Coordinación para el Acceso a los Derechos (COCOAD), que reúne a funcionarios electos locales, cajas de seguridad social, pero también asociaciones solidarias y funcionarios de la administración, indica Servicio Público.

La medida, que apareció en el programa de campaña del candidato Emmanuel Macron en 2022, lleva tiempo en los tubos del Ejecutivo. El año pasado se realizaron pruebas en varios departamentos, como parte del plan “territorios sin recurso cero”, para evaluar la validez del sistema. Habiendo resultado concluyentes estos experimentos, el gobierno decidió extender la “solicitud simplificada” a todo el territorio. Eventualmente, el sistema podría extenderse a otros beneficios sociales.

Además de remediar el fenómeno del no recurso, el “pago en la fuente” también debería permitir luchar eficazmente contra el “fraude social”, como sugirió el Ministro de Solidaridad Jean-Christophe Combe el pasado mes de septiembre. “También todos podemos estar de acuerdo en las disfunciones de nuestro sistema, que hoy es tan complicado que genera desuso, fraude y desincentivo al trabajo”, dijo en su discurso en la carretera el pasado mes de septiembre. Como recordatorio, según un informe del Tribunal de Cuentas publicado en 2020 a instancias de la Comisión de Asuntos Sociales del Senado, “las principales organizaciones sociales detectaron en 2019 1.000 millones de euros en daños sufridos o evitados en concepto de fraude comprobado o sospechado.