México fue sancionado el lunes por no hacer lo suficiente para proteger a la marsopa del Pacífico, el mamífero marino más amenazado del mundo, y se le prohibió exportar plantas y animales silvestres incluidos en la convención CITES de Washington.

La decisión fue tomada este lunes por la secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), firmada por 184 países, debido a que México no ha presentado un plan adecuado de lucha contra la pesca ilegal del pez totoaba macdonaldi.

La marsopa del Pacífico, apodada vaquita en México, es una víctima colateral de la pesquería de Cotabato, una especie en peligro de extinción, cuya «aleta vesical» se vende hasta en 8000 dólares el kilo en China debido a sus supuestas propiedades medicinales.

Dado que México no ha cumplido con los requisitos de la Secretaría, esta última «recomienda la suspensión del comercio» con México en todas las especies incluidas en CITES, se lee en la decisión. “Esta recomendación permanecerá vigente hasta que la Secretaría haya considerado adecuada una versión revisada del plan de acción y haya publicado una notificación al respecto”, especifica el texto.

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Según varias organizaciones conservacionistas, las sanciones anunciadas el lunes se refieren a «millones de dólares en exportaciones». “Cerca de 3,150 animales y plantas mexicanas están incluidas en CITES, y muchas de estas especies se exportan. Estos incluyen productos lucrativos como cuero de cocodrilo, caoba, tarántulas, reptiles domésticos, cactus y otras plantas”, dijo un comunicado conjunto de varias organizaciones (Centro para la Diversidad Biológica, Instituto de Bienestar Animal, Consejo de Defensa de Recursos Naturales y Agencia de Investigación Ambiental).

Según estas ONG, solo quedan 10 marsopas del Pacífico. Serían unos veinte según la organización Sea Shepherd. “Si bien a nadie le gustan las sanciones económicamente dolorosas, todos los demás esfuerzos para presionar a México para salvar a la vaquita han fracasado”, dijo Sarah Uhlemann, directora de programas internacionales del Centro para la Diversidad Biológica. “Se necesitan las medidas más fuertes posibles para despertar al gobierno mexicano e incitarlo a salvar finalmente a esta diminuta marsopa de la extinción”, subrayó.