Le Figaro Niza

Desde los primeros días de la guerra en febrero de 2022, la ciudad de Niza se movilizó para acoger en su territorio a los refugiados ucranianos. Una cuestión de solidaridad, apoyo y humanismo. Son pues varios miles los que han acudido en masa a la Baie des Anges, en busca de refugio y seguridad. Un año después y mientras los combates continúan, la política de Niza no ha cambiado. Acoger, proteger, incluir.

Sin embargo, incluso lejos del yugo ruso, los ucranianos son víctimas de presiones, amenazas e intimidaciones. Testimonio de las inscripciones descubiertas el domingo en un automóvil serigrafiado en Ucrania y estacionado en el estacionamiento de la Gare du Sud, en Niza: «Go home deserter», en otras palabras «Go home deserter». También se rayó una puerta. La propietaria del vehículo es una joven ucraniana, que llegó a Niza en marzo de 2022, con sus hijos. En Facebook, su hermana, que vive en Francia desde hace varios años, protesta: “Su marido está en Ucrania. Se ven, en el mejor de los casos, dos veces al año. Estoy furioso.»

Contactada por Le Figaro, Mariya*, representante de la asociación franco-ucraniana de la Costa Azul, cree que este tipo de mensaje no es raro. «Es así todas las semanas», dice ella. Se encuentran en vehículos ucranianos, los neumáticos están pinchados o las carrocerías están rayadas. A veces, también descubrimos Z o incluso esvásticas en las banderas de Ucrania. Prueba del clima de desconfianza que reina en la comunidad ucraniana asentada en Niza, Mariya, que desea permanecer en el anonimato, se pone en contacto con nosotros a través de un número oculto. «Nunca se sabe, prefiero tener cuidado», dice ella. Este último también explica que algunos miembros de la comunidad se beneficiaron de protección policial por un tiempo luego de recibir amenazas “graves”. “Nuestros hijos también recibieron instrucciones. Mi hijo, que camina a la escuela, sabe que no debe hablar con nadie ni acercarse a los autos”, continúa Mariya.

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Aún así, la presentación de quejas sigue siendo rara. “En la comisaría nos dicen que es inútil porque nunca van a encontrar a los que hacen esto. Y luego nos dicen que siguen siendo pequeñas infracciones, lamenta Mariya. Así que nos quedamos en nuestro rincón, no molestamos a nadie y no armamos un escándalo. Tratamos de mantener el ánimo alto y tomar medidas positivas, sin buscar conflictos”. El siguiente en fecha: una distribución de regalos en la Promenade des Anglais para Semana Santa. “¡Agradecer a los franceses por su acogida!” Mariya insiste.

*El nombre ha sido cambiado.