Al menos el 30% de los puestos de confianza en el servicio civil de Brasil estarán reservados para negros y mestizos, según un decreto firmado el martes (21 de marzo) por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva. “El racismo está en la raíz de las desigualdades, por eso hay que combatirlo como alimañas en una plantación”, lanzó el mandatario de izquierda en Brasilia, donde firmó el decreto. Le acompañó su ministra para la Igualdad Racial, Anielle Franco, icono de la lucha contra el racismo y la violencia policial.
Con el objetivo de “fomentar la presencia de personas negras en puestos de decisión y dirección”, el decreto indica que se les reservará el 30% de estos puestos dentro de la administración pública. Este objetivo debe lograrse para fines de 2025, especifica el gobierno en una nota. Lula, que inició en enero su tercer mandato al frente de este país de 213 millones de habitantes, ha prometido que su gobierno reflejará «el rostro de la sociedad brasileña», mayoritariamente negra y mestiza. Sin la ausencia de discriminación racial y de género, “no habrá democracia”, subrayó el mandatario.
Brasil es el último país del continente americano que abolió la esclavitud en 1888. Concentra la mayor población negra fuera de África. Pero el flagelo del racismo allí es estructural: menos del 5% de los ejecutivos de las 500 mayores empresas brasileñas son negros o de origen minoritario, según un estudio realizado en 2021.