Casi una de cada cuatro escuelas está cerrada en Burkina Faso debido a la violencia yihadista que azota al país desde 2015 y se ha ido intensificando durante varios meses, dijo el martes una ONG noruega en un comunicado.

En febrero se cerraron 6.134 escuelas, un aumento de más del 40% desde mayo de 2022, especifica la ONG Norwegian Refugee Council (Norwegian Refugee Council, NRC). “Más de un millón de niños en Burkina Faso se ven afectados” por estos cierres, “a menudo traumatizados por el desplazamiento y el conflicto”, añade la ONG.

“Solo una cuarta parte de los niños afectados han sido reasignados a nuevas aulas. La mayoría de ellos no han encontrado acceso a la educación”, señala el director de NRC en Burkina Faso, Hassane Hamadou, citado en el comunicado de prensa. Hace un llamado a las autoridades del país y a los actores humanitarios a «redoblar esfuerzos», «con carácter de urgencia». “Cuando un niño no está en la escuela, corre más riesgo de ser explotado, de ser víctima de violencia y trata, o incluso de ser reclutado por grupos armados”, declaró el representante de la agencia de la ONU Unicef ​​en Burkina Faso , Sandra Lattouf, también citada por NRC.

Burkina tiene «casi la mitad de las escuelas cerradas en África Central y Occidental», según la ONG. Según ella, los vecinos Malí y Níger tienen 1.762 y 878 respectivamente, 3.285 escuelas están cerradas en Camerún, 1.344 en RDC, 181 en Nigeria, 134 en Chad y 13 en República Centroafricana.

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NRC informa que el número de cierres de escuelas en Burkina es más alto en las regiones de Boucle du Mouhoun (oeste), Sahel y Este, regiones que suelen ser blanco de ataques. Estas zonas también se ven afectadas por la inseguridad alimentaria, «un factor de deserción escolar», según Yembuani Yves Ouoba, director de la asociación burkinesa Tin Tua.

Esta situación afecta a 31.000 docentes, de los cuales 6.300 han sido reasignados a otras escuelas. La ONG reconoce, sin embargo, que la «reapertura» y «reubicación» de las escuelas desde enero «constituyen un paso en la dirección correcta».

Burkina Faso, escenario de dos golpes militares en 2022, está inmersa en una espiral de violencia yihadista desde 2015 que ha dejado más de 10.000 muertos y unos dos millones de desplazados internos. En marzo, UNICEF indicó que 10 millones de niños estaban amenazados por la inseguridad en el Sahel central.