Ante los paros desplegados contra la reforma previsional en las instalaciones petroleras tricolores, el Ejecutivo cumple sus amenazas. Este martes por la mañana, el gobierno anunció “la requisición del personal esencial para el funcionamiento del depósito de petróleo de Fos-sur-Mer”. Una medida decidió hacer frente a los problemas de suministro de combustible experimentados por las estaciones de servicio en el sureste de Francia durante unos días.

Esta medida, «válida durante 48 horas», se refiere a «tres empleados por turno», especifica el Ministerio de Transición Energética. El depósito de Fos-sur-mer, gestionado por varios operadores, «permite suministrar combustible» al sureste de Francia y «también asegura los envíos por oleoducto a la región de Lyon», añadimos. Las requisiciones «han estado en curso desde anoche» y «habrá otras», advirtió el martes por la mañana el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, y agregó que el ejecutivo no dudaría en derribar esta tarjeta tantas veces como sea necesario, ante bloqueos

Este fin de semana, el ejecutivo había advertido que no dudaría en montar requisas de personal, como con los basureros de París, si las huelgas paralizaban las refinerías del territorio. “No vamos a dejar 65 millones de franceses y francesas, y un país, juntos, bloqueados por unas decenas de individuos”, afirmó el Ministro Delegado de Industria, Roland Lescure.

Sin embargo, la situación en Bouches-du-Rhône ha empeorado en los últimos días, con el bloqueo de las instalaciones petroleras: en este departamento, casi el 49% de los puntos de distribución de combustible están total o parcialmente agotados. Los territorios vecinos de Gard (26,2%) y Vaucluse (24,8%) también se ven afectados. “Esta situación de bloqueo penaliza a nuestros conciudadanos, dificulta el funcionamiento de nuestro país y amenaza nuestra economía”, justifica la ministra, Agnès Pannier-Runacher, en un comunicado de prensa. Y agregar que las solicitudes siguen siendo «dirigidas» y se refieren a un «número muy limitado de empleados». “No lo hago contra el derecho de huelga sino por los franceses que necesitan moverse, ir a trabajar, llevar a sus hijos a hacer los exámenes de bachillerato”, suplica también la ministra.