El fiscal pidió este lunes en Melun veinte años de prisión penal contra un Testigo de Jehová acusado de haber fomentado, con «gran meticulosidad», el asesinato de su mujer durante un picnic romántico en el parque del castillo de Champs-sur-Marne. en junio de 2017. “Si lo queremos intimidar, ¿por qué es (su esposa) quien recibe un tiro en la cabeza? Si ese es el objetivo, ¿por qué le dispararon en el hombro?», pretende preguntarse la abogada general Marie-Aude Chaminade. Antes de acusar: “No es la víctima que dice ser sino el autor del tiroteo contra su esposa”.

En el palco, el hombre objeto de estos comentarios permanece tranquilo y concentrado, como durante todo el juicio. Philippe Goncalves, de 39 años, un devoto testigo de Jehová, ha sido juzgado desde el lunes por el Tribunal de lo Penal de Seine-et-Marne por el fallido intento de asesinato de su esposa. El empresario de la industria de la construcción luego supuestamente le pidió a un cómplice, escondido en un bosque cercano, que lo lastimara disparándole para disfrazar el crimen como un asalto.

El Abogado General apuntó a los «cambios de versión» de los acusados, que, más allá de la parte imputable a la «memoria falible» del ser humano, parten de un deseo de «esclarecerse de los hechos que ‘cometió'». Para castigar este “proyecto elaborado durante semanas”, con “gran minuciosidad y frialdad”, requirió veinte años de prisión penal, así como cinco años de seguimiento sociojudicial. Marie-Aude Chaminade repitió la certeza de la acusación: «hacer desaparecer (a su esposa) es una forma de permanecer en la comunidad y de abandonar el propio matrimonio».

En ese momento, la pareja atravesaba un período de turbulencias, el marido coqueteaba con una empleada. Sin embargo, en la rigurosa comunidad de los Testigos de Jehová, un movimiento religioso acusado habitualmente de excesos sectarios y al que pertenecen con devoción desde hace más de una década, el divorcio está prohibido y supone un riesgo de excomunión.

“La falla en su plan es la supervivencia” de la víctima, quien solo guarda una hueca secuela física en el cráneo. Respecto a Sami M., de 29 años, procesado por complicidad en tentativa de homicidio, el fiscal consideró que su posible conocimiento del plan delictivo “no surge de los elementos del expediente”. Pidió contra él cuatro años de prisión, acompañados de dos años de libertad condicional por violencia intencional con un arma por haberle disparado a Philippe Goncalves. El jurado deliberará por la tarde, tras la argumentación de los abogados de Philippe Goncalves y los últimos discursos de los acusados.