Los agricultores han estado en rojo desde el 18 de enero. Si sus manifestaciones ganan terreno este viernes, denunciarán en particular la modificación de la fiscalidad del gasóleo todoterreno (GNR). Detrás de este término se esconde un combustible diésel destinado únicamente a tractores agrícolas, tractores forestales, topadoras, excavadoras, quitanieves, locomotoras y embarcaciones de recreo.

Al ser obligatorio en noviembre de 2011 para estas máquinas industriales, tenía como objetivo sustituir el fuelóleo doméstico, que es más contaminante. Aunque el GNR es similar al diésel entregado en las estaciones de servicio, contiene un menor contenido de azufre, un mayor índice de cetano y una proporción de biocombustibles, señala el sitio web TotalEnergies. Para diferenciarlo del diésel doméstico, al GNR se le añadió un tinte rojo, más económico que el de los particulares.

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Dos impuestos fijan el precio de este GNR: el IVA y el Impuesto al Consumo Interior de Productos Energéticos (TICPE). En este último caso, los agricultores tienen derecho a un reembolso parcial, que tiende a reducirse con el paso de los años. Es precisamente este punto el que denuncian hoy los agricultores. Desde principios de año, el GNR paga un impuesto de 24,81 céntimos de euro por litro, de los cuales los agricultores pagan en realidad 6,71 céntimos de euro por litro. Pero esto supone un superávit de 2,85 céntimos respecto al año pasado, con un precio que se fijó en 3,86 céntimos. Y este aumento continuará.

En 2023, el apoyo al GNR agrícola representó 1.700 millones de euros que el Estado sacó de sus arcas. Por tanto, el ejecutivo decidió eliminar progresivamente la reducción fiscal hasta 2030. Para justificar esta decisión, el Ministro de Economía, Bruno Le Maire, explicó en France Info el pasado mes de septiembre que el fin de esta laguna fiscal tenía como objetivo “desviar nuestra fiscalidad del marrón impuestos –que fomentan el consumo de combustibles fósiles– a impuestos que promueven las inversiones verdes”.

El lunes, después de una entrevista con el Primer Ministro, Gabriel Attal, el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau, planteó la posibilidad de que en lugar de tener que solicitar el reembolso del TICPE, los agricultores podrían beneficiarse de un descuento «inmediatamente». «Cerca del 35% de los agricultores no solicitan el reembolso que les corresponde», añadió. Si el descuento se aplicara en la factura, “no habría trámites que hacer”. Una simplificación administrativa que el nuevo gobierno podría anunciar este viernes para calmar las tensiones con los agricultores.

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