La fiscalía de Giessen, Alemania, anunció el viernes 1 de septiembre la acusación por presunta complicidad en el asesinato de un ex guardia de las SS de 98 años en el campo nazi de Sachsenhausen, al norte de Berlín.
El interesado, cuyo nombre no revela la Fiscalía, es sospechoso de complicidad en el asesinato de más de 3.300 casos ocurridos entre 1943 y 1945 en este campo, afirmó el fiscal jefe Thomas Hauburger en un comunicado de prensa. Se le acusa «de haber apoyado, como miembro de los equipos de guardia de las SS, el asesinato cruel y pérfido de miles de prisioneros», prosiguió.
Si la denuncia lleva a juicio, el hombre, que en el momento de los hechos tenía menos de 21 años, será juzgado por la sala de menores del tribunal superior de Hanau, en el oeste del país. El acusado es considerado “al menos parcialmente apto para ser juzgado”, según un análisis psiquiátrico realizado en octubre de 2022, indica el fiscal.
Entre su apertura en 1936 y su liberación por los soviéticos el 22 de abril de 1945, el campo de Sachsenhausen acogió a unos 200.000 prisioneros, principalmente opositores políticos, judíos y homosexuales. Decenas de miles de ellos murieron, víctimas principalmente del agotamiento debido al trabajo forzoso y las crueles condiciones de detención.
Los juicios a ex guardias de campos nazis se han multiplicado en los últimos años en Alemania, desde la condena en 2011 del ex guardia del campo de exterminio de Sobibor, John Demjanjuk, que sentó un precedente.
Dada la gran edad de los acusados, los juicios no siempre podían celebrarse por motivos de salud o, cuando se celebraban, los condenados morían antes de ser encarcelados, como John Demjanjuk. Entre los casos recientes se encuentra el de Josef Schütz, también ex guardia de Sachsenhausen, condenado en junio de 2022 a cinco años de prisión por “complicidad” en el asesinato de al menos 3.500 prisioneros entre 1942 y 1945. Murió en abril a la edad de de 102 años antes de cumplir su condena.