Nuevo episodio de la “saga Diter”. El extravagante «castillo de Diter», un palacio neoflorentino de 5000 metros cuadrados ubicado en la localidad de Grasse (Alpes-Maritimes), podrá continuar a pesar de múltiples decisiones judiciales que ordenan su destrucción. En un comunicado de prensa, los abogados de su caprichoso propietario, Patrick Diter, anunciaron que el «tribunal administrativo acaba de dictaminar que las construcciones del señor Diter no son irregulares, al menos no en su totalidad».
El caso se remonta a casi dos décadas, según informa una larga investigación de Le Figaro. Desde el año 2000 y la adquisición de un edificio «principal» y su dominio, el caprichoso empresario Patrick Diter se opone a sus vecinos franco-británicos, los Butt, que le acusan de haber construido su palacio en cualquier ilegalidad. Orangerie, porche, cocina de verano, galerías, palomares… Las numerosas modificaciones a lo largo de los años han generado «molestias» de las que se quejan los vecinos. Además, Patrick Diter llevó a cabo un gran trabajo antes de obtener las correspondientes licencias de obra “modificantes”, según admitió.
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La pelea permaneció oculta hasta 2015, antes de estallar: los esposos Butt, acompañados de un vecino cuya pared fue dañada por una máquina de construcción, presentaron una denuncia por fraude. Según ellos, la casa familiar y la piscina, presentadas por Patrick Diter como existentes en el momento de la adquisición de la finca, en realidad habrían sido construidas entre 2000 y 2004. Las sentencias penales derivadas de esta denuncia finalmente ordenan la propietario, en 2020, para demoler el palacio en 18 meses.
Pero un cambio dramático el 31 de mayo: en una sentencia consultada por Le Figaro, el tribunal administrativo de Niza restableció el permiso de construcción «expedido el 18 de julio de 2006», y que se refiere al edificio «principal».
“Por lo tanto, el tribunal administrativo de Niza sostuvo que el permiso del 18 de julio de 2006, sobre la base del cual el Sr. Diter construyó la mayor parte de su casa (aproximadamente el 70 %), no está viciado de fraude”, resumen los abogados de Patrick Diter. “Según la propia admisión del tribunal, su sentencia ‘tiene el efecto de restaurar este permiso de construcción a partir de la lectura de esta sentencia’”, escriben.
En otras palabras, “hay una diferencia de interpretación entre el juez administrativo y el juez penal. Esta discrepancia prohíbe, por el momento, cualquier demolición de la construcción, al menos en la parte amparada por el permiso de 18 de julio de 2006.
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Aún así, el caso aún no ha terminado: el dueño del palacio de Diter espera ahora que se revise la sentencia penal que lo condenó, lo que le permitiría posiblemente quedarse con el 30% restante de sus edificios.