Washington y Teherán no mantienen relaciones diplomáticas, pero las dos capitales enemigas pueden seguir dialogando gracias a los buenos oficios de Suiza. Es en los momentos de mayor tensión cuando el papel de “factor” de la Confederación Suiza resulta particularmente valioso. Así, hubo “una serie de comunicaciones directas transmitidas por Suiza” entre Estados Unidos e Irán, según un funcionario estadounidense, antes del ataque sin precedentes de varios cientos de drones y misiles de Irán contra Israel.
El jefe de las fuerzas armadas iraníes, general Mohammad Bagheri, fue más específico sobre el contenido que advierte a Estados Unidos «que si coopera con Israel para sus posibles próximas acciones, sus bases no estarán seguras». Un mensaje enviado a través de la embajada suiza. En Berna, el Departamento Federal Suizo de Asuntos Exteriores (DFAE) indicó el lunes a la AFP que «no hace comentarios sobre actividades vinculadas a sus mandatos como potencia protectora».
Suiza representa los intereses estadounidenses en Irán desde la toma de rehenes en la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1980, indica el DFAE en su sitio web. Como potencia protectora, permite a los dos países mantener un mínimo de relaciones diplomáticas y consulares. En el plano diplomático, «Suiza puede ofrecer sus servicios de «cartero» o asumir esta función a petición de los países interesados, siempre que todas las partes estén de acuerdo», precisa el DFAE. Según su tradición de buenos oficios, Suiza también desempeña el papel de mediador. Por ejemplo, ha ayudado en varias ocasiones en el contexto de los intercambios de prisioneros entre Irán y Estados Unidos. Los intereses de Irán en Estados Unidos están representados por Pakistán.
Además de la comunicación entre los dos Estados, la sección de intereses exteriores de la Embajada de Suiza en Teherán se ocupa de todos los asuntos consulares de los Estados Unidos en Irán (solicitudes de pasaporte, cambios de estado civil o incluso protección consular de los nacionales americanos). Suiza asumió por primera vez el papel de potencia protectora al representar en Francia los intereses del Reino de Baviera y del Gran Ducado de Baden durante la guerra franco-prusiana de 1870-1871, recuerda el ministerio. También ejerció mandatos como potencia protectora durante la Primera Guerra Mundial y “emergió, durante la Segunda Guerra Mundial, como potencia protectora por excelencia debido a su neutralidad”, subraya el DFAE. Durante este período, Berna representó los intereses de 35 estados, incluidas algunas de las grandes potencias en guerra, a través de más de 200 mandatos únicos.