El alcalde de Béziers, Robert Ménard, anunció el domingo 16 de julio que el ADN canino ahora era obligatorio en una parte del centro de Béziers, informa France Bleu Hérault. El decreto presentado el 12 de mayo en la subprefectura no fue impugnado y “por lo tanto, puede comenzar el experimento de dos años”. El objetivo declarado es luchar contra los excrementos de perros, el municipio recoge “más de mil cada mes”, según el alcalde de Béziers.
En concreto, cada perro deberá tener un pasaporte genético en el hipercentro de la ciudad, exponiéndose su dueño a una multa de 38 euros en caso contrario. Los habitantes de Béziers podrán tomar una muestra sanitaria de su animal de forma gratuita para recibir el pasaporte sanitario.
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«No aguanto más de todos estos excrementos», lanzó Robert Ménard y agregó que era necesario «castigar para que la gente se porte bien». Las personas que no recogen los excrementos de su perro se exponen a una factura de limpieza de 122 euros. El experimento comenzará con tres meses de pedagogía. Se aplicará una tolerancia a los turistas “si recogen sus excrementos”.
En 2016, Robert Ménard ya había intentado fichar a los perros para posteriormente verbalizar a sus dueños. El proyecto no se había llevado a cabo desde que fue atacado en el tribunal administrativo de Montpellier por el ex subprefecto Christian Pouget. Luego, el proyecto fue desechado.